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El escritor y político uruguayo Ruperto Long presentó su más reciente novela "La niña que miraba los trenes partir", en la que aborda el nazismo desde "la óptica de la gente común cuyo mundo se derrumba de repente", al contrario de los textos sobre esa época que exaltan a las grandes figuras.
Long explicó, en una entrevista que la novela nació inspirada por una conversación casual con Charlotte de Grünberg, una belga de origen judío exiliada tras la Segunda Guerra Mundial en Uruguay, donde desarrolló
su carrera académica y llegó a dirigir una de las universidades del país.
Ella es 'la niña que miraba los trenes partir': primero, desde su huida con papeles falsos para evitar la represión
nazi, y después, desde su encierro en un armario ropero en su escondite de la ciudad francesa de Lyon, donde permaneció cerca de un año.
Long cuenta que se entrevistó con De Grünberg puntualmente una vez cada mes a lo largo de dos años, durante
los cuales también viajaba a los lugares que ella recorrió en el exilio de su infancia, y le traía fotos que estimulaban unos recuerdos que nunca antes había compartido, ni siquiera con sus familiares.
"Poder acceder a su testimonio permite una reflexión sobre lo que ocurrió, pero también sobre cómo hoy se siguen
levantando el mismo tipo de barreras. Ella no guarda rencor sobre esa época, pero la recuerda cuando ve lo que les sucede a los niños en las guerras de ahora", explicó el escritor.
La historia real de De Grünberg se conjuga con los relatos ficticios de otros personajes, como un soldado uruguayo
al servicio de las tropas de De Gaulle en Francia, o un militar de origen georgiano destinado al convulso norte de
África en la década de 1940.
Long, ha sido premiado por sus trabajos sobre el escritor e historiador del tango uruguayo Horacio Ferrer y del misterioso poeta surrealista Isidore Ducasse, conocido como Conde de Lautréamont.