Educación. Las mujeres acudieron para registrarse en el IEEA y obtener su certificado de primaria.
"Antes nuestros papases no tenían dinero pa' mandarnos a la escuela. La situación estaba difícil y había que salir a trabajar, y no nos daban estudio, por eso yo no terminé ni la primaria, nomás llegué al primer año y nomás sé leer y escribir poquito", dijo la señora Consuelo Olivo Rodríguez, quien tiene 62 años, originaria de los Indios, Zacatecas, pero desde hace 35 años llegó a vivir a Matamoros.
Doña Consuelo es una de las mujeres que acudieron al módulo que instaló el Instituto Estatal para la Educación de los Adultos (IEEA) en Matamoros, dice que aunque es una mujer mayor sí le gustaría prepararse un poco más y tener su certificado de primaria.
Recuerda que su papá tenía algunas vacas y de ahí se sostenía la familia. En su casa eran once hermanos y todos tenían que colaborar para cuidar el ganado.
La señora recuerda que en su lugar natal había sólo un "cuartito", en donde la maestra reunía a todos los niños de la localidad y los distribuía en tres grados, pero dice; "nosotros íbamos a la escuela en la mañana y en la tarde, salíamos a las siete y caminábamos mucho todos los días".
Al igual que doña Consuelo, la señora Aurora Huitrón Flores también acudió para registrarse en el IEEA, pues ella sabe leer escribir muy poco. De niña no fue a la escuela, pues su madre quedó viuda cuando ella tenía seis años y como eran ocho hermanos su mamá tenía que trabajar. No había recurso para asistir a la escuela.
"Yo sé leer y escribir muy poco, aprendí con el tiempo, la necesidad me hizo enseñarme, pues cuando mi mamá quedó viuda tenía que trabajar para mantenernos y no había dinero para mandarnos a la escuela" concluye.