Barcelona sumó su tercera jornada sin conocer la victoria en el torneo y ya siente pasos en la cima. (AP)
Si el estadio de Anoeta se vislumbraba el termómetro de la liga española, el Barcelona se volvió a quemar al perder 1-0 en su visita a la Real Sociedad. Una derrota que dejó el campeonato al rojo vivo, tras las victorias previas de Real Madrid, 4-0 al Eibar, y el Atlético de Madrid, 3-1 en cancha del Espanyol.
El margen del Barsa, que sigue liderando la clasificación con 76 puntos, quedó reducido a tres puntos de ventaja sobre el escolta Atlético y cuatro respecto al Madrid, con seis partidos pendientes.
Con el revés frente a la Real, el equipo de Luis Enrique sufrió su segunda derrota liguera consecutiva, algo que no ocurría desde noviembre de 2014.
Ahora, los rojiblancos vuelven a retar al Barsa, con el que también se medirán el miércoles por el choque de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones.
Hace apenas dos fechas, su margen en la cima era de nueve puntos de ventaja sobre el Atlético y 10 respecto al Madrid, pero los azulgranas empataron 2-2 en Villarreal y luego perdieron el clásico en su estadio, 2-1 frente al acérrimo rival blanco.
El Madrid no desaprovechó la ocasión de presionar al líder al inicio de la jornada con su goleada, que abrió James Rodríguez a los cinco minutos y completaron Lucas Vázquez (18), Cristiano Ronaldo (19) y Jesé Rodríguez (39).
El triunfo rebajó de paso la tensión de su propia previa continental para el choque del martes contra Wolfsburgo, donde tiene necesidad de remontar el 2-0 encajado en feudo alemán.
El Atlético se sobrepuso al tanto inicial de Pape Diop (29) por el Espanyol con goles de Fernando Torres (35), Antoine Griezmann (58) y Jorge Resurrección "Koke" (89). La de Griezmann fue su 20ma diana del torneo y octava en siete fechas seguidas marcando.
"Las cosas caen por sí solas si tienen que caer. Estamos dando todo lo que tenemos en la liga y seguimos peleando", declaró Diego Simeone.
Aún apercibido de las victorias de sus más inmediatos perseguidores y de su propia racha negativa en Anoeta, donde no gana desde 2007, el Barsa no salió con su once gala y lo pagó caro, al encajar el gol de Oyarzábal a poco de iniciarse el encuentro.
Los visitantes gozaron largo rato de la posesión de la pelota, pero, sin Luis Suárez, sancionado, carecieron de mordiente; y Messi también evidenció que no era su noche.
