Acercamiento. El presidente de Estados Unidos Unidos, Barack Obama, saluda a los cubanos sobre las calles de La Habana Vieja a donde acudió a la catedral para encontrarse con el cardenal Jaime Ortega. (EL UNIVERSAL)
Estados Unidos y Cuba dieron un vuelco a la historia de las relaciones interamericanas y consolidaron el proceso de reconciliación iniciado en 2014.
En uno de los acontecimientos políticos de mayor trascendencia del siglo XXI en América, el presidente Barack Obama llegó ayer domingo 20 de marzo a La Habana para una visita de unas 48 horas al más importante rival ideológico de Washington en el continente americano luego del triunfo en 1959 de la revolución socialista encabezada por el comandante Fidel Castro.
"¿Que bolá Cuba?" o Qué pasa Cuba, escribió en español en su cuenta de Twitter apenas aterrizó en el aeropuerto internacional José Martí, en el último capítulo del deshielo en las relaciones bilaterales que inició hace 15 meses con el anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas. Obama se convirtió en el primer presidente en pisar tierra cubana en 88 años, o desde 1928 cuando Calvin Coolidge visitó la isla, algo que ha generado en la gente una mezcla de esperanza y cautela sobre el presente y futuro. Procedente de Maryland, el Air Force One -un Boeing 747-200- se posó a las 16:19 horas locales (14:19 horas del centro de México) en la pista del Aeropuerto Internacional José Martí. Por la tarde, Obama y su familia caminaron por la Habana y visitaron la catedral, donde fue recibido por el cardenal Jaime Ortega.
El presidente cubano, Raúl Castro, le dará a Obama la bienvenida hoy en el Palacio de la Revolución, de esta capital, para una fase de conversaciones.