Ya van varios días que se vive la ahora contingencia de los desfogues preventivos de la presa Francisco Zarco hacia el lecho seco del río Nazas, lo que obviamente ha ocasionado todo el fenómeno que viene aparejado con esta circunstancia.
Que el agua corra de nueva cuenta por el histórico cauce, segado desde la construcción del sistema de riego de suyo, es un asunto de interés. Desde el propio atractivo que suscita que esto ocurra, y por supuesto todas las consecuencias que esto acarrea.
Desde la seguridad de aquellos despistados que se acercan o incluso se introducen en sus aguas con todo el riesgo que ello conlleva, hasta la lamentable basura que el río arrastró en su cauce inicial y que inevitablemente mostró que a los laguneros nos falta mucha cultura acerca del tratamiento de la basura.
La interrupción en la construcción de un par de puentes que están en ese proceso: el del vado de Santa Rita de Gómez Palacio y el ejido La Unión en Torreón, con la consecuente interrupción del tráfico que ahí circula; y el interminable puente que une la calle Falcón en Torreón con la calzada Lázaro Cárdenas de Gómez Palacio, son otras de las consecuencias que están ocurriendo por la naturaleza de los hechos actuales.
Igualmente, desde que se supo que habría de nuevo estas extraordinarias avenidas, se dio por descontado que algunos pozos profundos verían ensuciadas sus aguas de tierra, producto de la rápida filtración que el río restablecido causaría. También se preveía que pudiesen aparecer abras en la zona contigua a las riberas o incluso en zona un poco más alejada, cosa que ya sucedió apenas inició este nuevo capítulo en la historia del Nazas.
Valga la pena hacer énfasis en que las abras son potencialmente un peligro latente, hay que recordar que en Lerdo, Durango, hace años un fenómeno similar ocasionó un hueco en una vivienda donde simplemente una señora desapareció tragada por la tierra.
Debo también enfatizar que en este espacio apenas la semana pasada calificaba hasta de precipitada la decisión de las autoridades de Conagua de verter agua por el lecho seco. Hoy la realidad parece que demuestra que estaba equivocado, pero aún así vale la pena hacer precisiones puesto que el que hoy se estén liberando 500 metros cúbicos por el río no es cosa menor.
Así entonces, hay que hacer la cuenta. Conagua decidió derivar un volumen de 100 metros cúbicos por segundo, repartidos 35 metros por la red de canales (que tiene una capacidad de conducción de alrededor de 100 metros cúbicos) y el resto por el lecho seco. Evidente fue que este gasto era para entonces no gran cosa. El agua tardó bastante en llegar al Puente Plateado y siguió lento para llegar hasta el periférico.
Al cabo de un par de días Conagua decidió reducir el gasto a 50 metros cúbicos, pero todo el volumen se fue al lecho, dejando ya de utilizarse los canales.
Sin embargo, siguió lloviendo en la cuenca media del Nazas y la presa Zarco siguió aumentando su volumen, lo que obligó por precaución a aumentar el gasto a 250 metros cúbicos por segundo, que es ya un flujo muy considerable.
Las lluvias en la cuenca alimentadora de Las Tórtolas (nombre popular como se le conoce al embalse de la Zarco) siguieron de manera atípica creciendo, y hoy amanecemos con 500 metros de desfogue, lo cual sí es para tener toda la atención en lo que está sucediendo.
¿Qué escenarios se pueden contemplar? La presa Zarco captaba ayer según el boletín emitido por Conagua 398 metros cúbicos por segundo, y de suponer que así siga está ya ahora vaciándose, puesto que libera 500 metros. Así entonces la presa tenderá a bajar rápidamente.
A menos que se tuvieran aportaciones de más de 500 metros por sólo los escurrimientos que se dieran en la cuenca media, lo cual sería ya un problema más grave porque si se liberan más de 600 metros cúbicos, el canal de estiaje que se construyó en el lecho seco desde el Puente Plateado hasta el sifón que está casi justo sobre el Puente Solidaridad tiene esa capacidad de conducción, así que de llegar a incrementarse el gasto (las compuertas de Las Tórtolas pueden liberar en caso de extrema emergencia hasta 3000 metros cúbicos por segundo) el agua inundaría y arrasaría por ejemplo el flamante metroparque, por decir lo menos. Y por supuesto la posibilidad de inundaciones en Torreón y Gómez Palacio se incrementaría exponencialmente.
El riesgo latente es la situación de la presa Lázaro Cárdenas, casi 10 veces de mayor capacidad que la Zarco y que es en realidad la presa almacenadora. Hoy (ayer) tenía tras su cortina 2 mil 486 millones de metros cúbicos, el 92 % de su capacidad NAMO y estaba captando mil ciento cincuenta y dos metros cúbicos por segundo casi el triple de lo que capta Las Tórtolas.
La buena noticia es que la Cárdenas tiene todavía la capacidad de captar 200 millones de metros cúbicos más sin riesgo alguno, y tiene un colchón de mil quinientos millones más en situación extraordinaria.
Así pues, aunque extraordinario y ahora espectacular el correr de tanta agua en medio de Gómez y Torreón, lo más probable es que en unos 3 días se vuelva a reducir el gasto de 500 a menor, pero todo indica que es muy posible que la presa Cárdenas tendrá que liberar también agua, por lo que tendremos río metropolitano para semanas. Ahora sí que el tiempo dará las respuestas.