Jura. En la imagen el opositor Ramos Allup tomó protesta como presidente del Congreso.
Con una nueva correlación de fuerzas sin precedente en los últimos 17 años, la Asamblea Nacional venezolana se instaló ayer martes bajo el control de la oposición, que asegura que tendrá entre sus prioridades el control y la supervisión del gobierno, el Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscalía General y el Consejo Nacional Electoral, lo que presagia tiempos de choques entre los poderes de este país sudamericano sumido en una profunda crisis económica.
Los 163 diputados de la oposición y el oficialismo tomaron juramento en una sesión especial que se desarrolló cumpliendo el protocolo pero que estuvo signada por momentos de tensión debido a los recurrentes insultos que gritaron, desde los balcones del hemiciclo, los invitados de ambos bandos cuando intervenían los congresistas.
Tres diputados de la oposición y uno del oficialismo no pudieron tomar juramento de sus cargos debido a una reciente decisión del máximo tribunal que suspendió sus proclamaciones. De manera que la oposición quedó con 109 diputados, mientras que el oficialismo tendrá 54 congresistas.
El nombramiento del secretario de la Asamblea Nacional, Roberto Marrero, desató fuertes fricciones entre opositores y oficialistas, que cuestionaron el proceso de selección del funcionario, lo que llevó a suspender por algunos minutos el debate cuando algunos congresistas se levantaron de sus curules y se acercaron al podio de la directiva para protestar la designación.
Los ánimos se crisparon aún más cuando el diputado opositor Julio Borges subió al podio de oradores para ofrecer un discurso. El bloque oficialista se retiró en medio de protestas y argumentó que se violó el reglamento de la sesión de instalación.
"Nosotros llegamos aquí a la Asamblea Nacional para seguir defendiendo a nuestro pueblo", dijo a la prensa el diputado oficialista Diosdado Cabello tras protestar la decisión que tomó el presidente del Congreso, Henry Ramos Allup, de permitir la intervención de Borges. "Apenas instalada la Asamblea Nacional han incurrido en una violación flagrante del reglamento de interior y de debate".
Al lamentar la decisión de la bancada oficialista, Ramos Allup instó a los sectores aliados al gobierno a acostumbrase a escuchar las críticas de la oposición.
La decisión del máximo tribunal de suspender a cuatro diputados fue aplaudida por la primera dama y congresista Cilia Flores. "Nosotros ganamos hoy el primer round", dijo. "Logramos que se impusiera la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia".
La semana pasada, la coalición opositora había anunciado que no acataría la decisión del Tribunal Supremo, pero en la sesión de instalación del Congreso no ofreció mayor resistencia para incumplirla.
"Vamos a legislar, no vamos a delegar. No vamos a conceder más leyes habilitantes inútiles, inservibles, para que alimenten esa especie de raspado de olla de última hora para no hacer nada", dijo Ramos Allup en su discurso, y sostuvo que la nueva Asamblea Nacional rescatará el poder de control del Legislativo sobre el Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscalía General y el Consejo Nacional Electoral. "Vamos a controlar esos poderes; no pueden andar por la libre".
Ramos Allup anunció que en los próximos seis meses esperan proponer un "método, un sistema para cambiar el gobierno por vía constitucional". El dirigente instó la víspera al presidente Nicolás Maduro a que presente su renuncia al cargo para lograr una salida a la crisis que afronta el país.
Como reflejo de los cambios que parecen avecinarse en el Congreso, por primera vez en años se permitió que los periodistas asistieran a la sesión de la Asamblea y la televisión estatal difundió entrevistas con los líderes de la oposición.
Entre los asistentes a la sesión estuvo Lilian Tintori, esposa del dirigente encarcelado Leopoldo López, que en medio del hemiciclo levantó un cartel que decía "Amnistía Ya", lo que generó la protesta de algunos oficialistas, los cuales comenzaron a gritar "¡asesinos, asesinos!".
Horas después, Maduro reto a sus adversarios a activar los mecanismos constitucionales previstos para acortar su mandato, y expresó su confianza en que saldrá victorioso.
"Ellos tienen un objetivo que es sacarme de la presidencia y esto no es nuevo. Yo en mi corazón sé que en este despertar será el pueblo el que decida", afirmó.
Elogió también la actuación de la bancada oficialista en la sesión de instalación del nuevo Congreso y los exhortó a asimilar las nuevas circunstancias con intenciones de superarse para revertir el revés electoral.
"Ahí están los dos modelos, los dos discursos en una nueva dinámica. Hay que acostumbrarse a una nueva dinámica del país, y eso nos va a hacer que nosotros nos superemos a nosotros mismos y nos pongamos en el carril de revertir la derrota del 6 de diciembre"", dijo el gobernante en una entrevista telefónica difundida por la televisión estatal.
Expresó además su apoyo a los diputados oficialistas que decidieron retirarse del salón de sesiones de la Asamblea Nacional.
"Yo creo que tomaron la decisión correcta. La primera decisión de Ramos Allup después que se juramentó... fue violar el reglamento, dárselas de vivo", aseveró.
"No olvidemos que estamos sometidos a una guerra de carácter no convencional", agregó el mandatario, que según él tiene "el objetivo de implosionar, destruir las bases de todo tipo de nuestra patria" para justificar su derrocamiento.
Admitió que su gobierno enfrenta una "circunstancia extremamente difícil, compleja y grave", que sin embargo, considera que debe ayudar "al fortalecimiento y renovación de las fuerzas socialistas. Volveremos a construir una nueva mayoría de cara al futuro, saldremos fortalecidos en este despertar".
Los alrededores del Congreso, en el centro de la capital, amanecieron ayer martes custodiados por centenares de policías y guardias nacionales, algunos de ellos con equipos antimotines, que colocaron barreras de metal en medio de las vías para limitar el paso de vehículos y personas. Algunas estaciones del metro también fueron cerradas por seguridad, dijeron las autoridades.
Entre banderas venezolanas y de diferentes organizaciones políticas, varios miles de seguidores de la oposición y del gobierno se concentraron de forma pacífica en algunas vías y plazas del centro de Caracas para unirse a las marchas convocadas por los dos bandos.
Unos 20 integrantes de organizaciones pro-oficialistas, conocidas como "colectivos", se reunieron en el histórico parque de El Calvario, en el oeste de la ciudad, para seguir la instalación del Congreso.
Los manifestantes pro oficialistas, vestidos con camisetas y pantalones negros y algunos con los rostros cubiertos con pañuelos rojos, se sentaron en unas escalinatas del parque, que están a un lado de una avenida cercana al palacio del gobierno, para demostrar que están dispuestos a "defender la revolución" de forma pacífica desde las calles.
"Decidimos dar la cara y enviar un mensaje tanto de paz, pero con reciedumbre, de que estamos en la calle para plantear cualquier tipo de lucha que sea necesaria. Sabemos que la derecha viene por todos. La derecha no se va a conformar con el pequeñito poder que tiene", afirmó Simón Bernal, miembro de uno de los colectivos.
La oposición y los sectores aliados al gobierno convocaron ayer martes a marchas separadas mientras los "colectivos" hicieron un llamado a tomar los alrededores del Parlamento en defensa de la revolución, situación que ha elevado tensiones.
Saluda OEA triunfo venezolano
El secretario general de Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, saludó ayer la instalación en Venezuela del parlamento elegido el pasado 6 de diciembre y el "triunfo de la voluntad popular".
"Nuestro saludo a la Asamblea Nacional de Venezuela instalada hoy. La voluntad popular siempre ha de triunfar", escribió ayer Almagro en su perfil de la red social Twitter.
Los diputados elegidos el 6 de diciembre tomaron posesión ayer de sus cargos, con lo que se puso fin a la hegemonía parlamentaria chavista de los últimos 17 años, después de que la oposición obtuviera una mayoría de 112 diputados frente a los 55 conseguidos por el oficialismo.
Sin embargo, aún no está claro qué pasará con las cuatro credenciales de los diputados impugnados del estado Amazonas (sur), tres opositores y un chavista, que no fueron aceptados inicialmente en la instalación de la nueva asamblea.
En su mensaje de fin de año, Almagro pidió el 30 de diciembre que "nadie distorsione la voz del pueblo" venezolano tras el resultado de las elecciones parlamentarias de diciembre.
Almagro pidió no distorsionar "su expresión más genuina -que son los resultados electorales- con estratagemas de dudosa juridicidad, ni reclamando decisiones viciadas de parcialidad a organismos reconstituidos para la ocasión".
DIPUTADOS
son de la oposición en Venezuela en el Congreso.