Foto: Pascale Ramonda international Film Industry
La historia de tres mujeres que fueron desplazadas por el conflicto armado colombiano compone la película Oscuro animal, ópera prima de Felipe Guerrero que reflexiona sobre la crudeza de más de medio siglo de violencia en el país y busca construir memoria, desde un testimonio femenino que además rescata los pocos rasgos humanos de la guerra.
Tres campesinas colombianas se ven obligadas a dejarlo todo para huir de la guerra. Aunque con muy pocos diálogos, y en algunas ocasiones apelando únicamente a la sinfonía natural de la selva, el trabajo aborda entre líneas, uno de los aspectos no menos importantes del conflicto armado, el desplazamiento.
Con una sutil composición poética, lograda a través del trabajo fotográfico de Fernando Lockett, a lo largo de 107 minutos se presenta la historia de un viaje de tres mujeres que deben escapar del acoso de la guerra colombiana. Cada una por su cuenta emprenderá un viaje en la búsqueda de sosiego. Una vez llegadas a Bogotá, tomarán un respiro para enfrentar el nuevo curso de sus extraviadas vidas.
A través de un gran lenguaje corporal, las tres protagonistas logran un verdadero clavado en las emociones; trasmitiendo el vértigo de la necesidad de huir de sus personajes. La ausencia de diálogos marca el terror de la guerra, la perturbadora paz de la selva interrumpida por los cada vez más cercanos sonidos de las armas.
En su camino a la paz, el cineasta logra una gran metáfora, el acecho de un oscuro animal (la guerra), que persigue a su presa. Y quienes incluso en su odisea, tienen que lidiar entre sonrisas con otro de los planteamientos que propone el filme, el hambre. Como si se tratará de un documental, el director se mantiene lejos del exhibicionismo crudo de las víctimas, las humaniza y comprate su dolor.
El filme, ganador de varios premios en los festivales de cine de San Sebastián, Lima y Guadalajara (México), se estrenó en Colombia la última semana del pasado mes de septiembre, la misma en que el Gobierno y las FARC firmaron un acuerdo de paz.
"Tú pones esas imágenes que apelan al espectador muy fuertemente, entonces esta es una propuesta de película que dialoga con el espectador en una circunstancia histórica como esta, pienso que sí tiene valor de memoria y reflexión", dijo el propio director de la cinta Felipe Guerrero, durante una entrevista.
Oscuro animal es protagonizada por Marleyda Soto en el papel de Rocío; Jocelyn Meneses, quien interpreta a La Mona y la actriz Luisa Vides, quien da vida a Nelsa; tienen una particularidad especial en el largometraje, y es que no dicen una sola palabra durante la historia, una coproducción de Colombia, Argentina, Holanda, Alemania y Grecia.
LA VIDA DEL PAISAJE
Para el cineasta, filmar en zonas rurales del Magdalena Medio, una húmeda región del centro de Colombia, de abundante vegetación y circundada por varios ríos donde tuvieron lugar algunas de las masacres más cruentas que vivió Colombia, fue como "una mecha que se enciende, una mecha dolorosa".
La historia de la región se muestra en toda su crudeza en una de las escenas de la película, en la que el cineasta colombiano recrea un ataque guerrillero contra un autobús en el que murieron varios pasajeros.
En esa parte la película contó con la participación de extras que viven en zonas aledañas al lugar de filmación y que habían sufrido la violencia en carne propia. De esta forma se convirtieron en extras de la propia historia de violencia que habían vivido.
"Fue llevarlos a ese lugar, que es un lugar muy íntimo que tiene la víctima, donde fue tocada, y obviamente eso se hace con mucho tacto y con una gran responsabilidad (...) para establecer un diálogo", explicó sobre el proceso de creación.
Guerrero detalló que esas personas se quedaron mirando al suelo y observando "su propia vida" tras la grabación de la escena. "Después de realizarla me quebré en llanto porque era una carga muy fuerte que no pude sostener en ese momento porque es el dolor de una comunidad".
CONFLICTO SIN GÉNERO
Por otra parte, este trabajo ofrece al espectador una reflexión del conflicto a través del papel que juega la mujer, ya que las historias de dolor de los desplazados con los que habló el director durante la investigación para realizar su ópera prima son las que moldean la narración.
"Está claro que son historias de mujeres, impactos a mujeres (...) pero que es algo más valioso para mí y que creo que es algo a lo que yo apelé como hombre al realizarlo, como una especie de hermafroditismo emocional que tenemos los seres humanos. Vacilamos en emociones que no tienen necesariamente género".
Destacó también que para los cineastas, poetas y literatos colombianos la guerra es fundacional y que por ello, "de alguna u otra manera", sus obras se relacionan siempre con el conflicto armado.
"Así lo niegues, creo que eso (el conflicto) ocupa mucho espacio y ese fue mi caso también; mis intereses siempre fueron justamente cómo hacer cine en un país como Colombia, cómo filmar eso que es Colombia y cómo decirlo desde un punto cinematográfico".
Sin embargo, ante la nueva coyuntura que afrontará el país con la firma del acuerdo de paz, el director se pregunta sobre los temas que comenzarán a tratar las películas nacionales. "Surge la incógnita de qué es lo que vamos a seguir contando, que es la que tenemos los colombianos ahora también que se nos quita un pedazo de iceberg".
EL DIRECTOR
Director, montajista, y productor, nació en 1975. En 2011, fundó Mutokino, compañía productora y distribuidora, interesada en cine de autor con énfasis en experimentación formal y narrativas disruptivas, con sede en Buenos Aires (Argentina).
En 1995, se graduó como tecnólogo en Cine y Fotografía de la Escuela de Cine Unitec de Bogotá y cuatro años después, en el Centro Sperimentale de Cinematografia de Roma obtuvo su diploma en montaje. También ha hecho parte del Berlinale Talent Campus en Berlín, al Curso de Desarrollo de Proyectos de Fundación Carolina y Casa de América en Madrid.
Dentro de su filmografía como director están los cortometrajes Medellín (1999) y Duende (2002) con el que recibió una Mención del Jurado en DocFest de Roma. En 2006, dirigió Paraíso, documental que recibió estímulo del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico (FDC) de Colombia, así como la Mention Spéciale como ópera prima en el FIDMarseille de ese año, el premio de Mejor Documental Experimental en Docúpolis 06 en Barcelona y la Mención Honorífica del Premio Nacional Documental del Ministerio de Cultura de Colombia en 2007.