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Otros desaparecidos

Jaque mate

SERGIO SARMIENTO
"Aprender a vivir con la inseguridad es la única seguridad".

— John Allen Paulos

Hasta en las víctimas de la violencia parece haber clases sociales. o políticas. Los 43 desaparecidos de Ayotzinapa han logrado una enorme cobertura de medios nacionales y extranjeros así como generosas aportaciones económicas que han permitido a un grupo de activistas y padres dedicarse tiempo completo al activismo político. Ni siquiera los fallecidos de la aciaga noche del 26 al 27 de septiembre han tenido la atención de los 43 desaparecidos.

El trato es distinto para quienes no son de Ayotzinapa. Esto lo saben los familiares de los 17 desaparecidos de Arcelia, Guerrero, que sufren para hacerse escuchar por medios y políticos. Tampoco se ha hecho mucho caso a los cuatro maestros y un director de escuela de Ajuchitlán, Guerrero, levantados por un comando de unas 30 personas armadas.

La lista de secuestros y levantamientos en Guerrero es larga y dolorosa. En octubre de 2015 la secretaria general de la sección 36 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud, Beatriz Vélez Núñez, afirmaba que en dos años habían sido secuestrados 148 trabajadores de la salud en Guerrero y 17 habían desaparecido. En junio de 2015 fueron secuestrados y asesinados tres médicos y un abogado de la Secretaría de Salud del estado. En mayo de 2015 entre 14 y 30 residentes en Chilapa fueron levantados por un comando de supuestos policías comunitarios sin que las autoridades municipales, estatales o federales se atrevieran a intervenir. En noviembre de 2014 cinco profesionistas y comerciantes de Chilapa desaparecieron y sus cuerpos aparecieron calcinados poco después. El 5 de enero de 2012 dos jóvenes de la ciudad de México fueron secuestrados en Guerrero cuando se dirigían por carretera a Ixtapa-Zihuatanejo, pero aunque las familias pagaron rescate nunca se volvió a saber de ellos.

Si la lista de secuestrados en Guerrero es enorme, también lo es la de cadáveres hallados en fosas clandestinas. Apenas en diciembre se encontró una veintena de cuerpos en el municipio de Leonardo Bravo. Cuando las autoridades estatales y federales estaban buscando a los normalistas de Ayotzinapa, hallaron una fosa tras otra en Iguala, Cocula y otros lugares. No había más que escarbar un hoyo en el estado para encontrar restos humanos.

La desaparición de los 43 normalistas ha fortalecido el movimiento de Ayotzinapa que busca cambiar el sistema político y económico del país. Pero la ingobernabilidad en Guerrero, que se manifiesta en secuestros y homicidios, es mucho más amplia. Guerrero es el estado más violento de nuestro país. En 2014 registró 48 homicidios por cada 100 mil habitantes, casi tres veces más que los 16 del país en su conjunto. Además de los homicidios inquietan los secuestros. Quizá lo peor es que los criminales en la entidad parecen haberse convencido de que pueden hacer lo que quieran con absoluta impunidad.

Guerrero siempre ha sido violento, pero la situación de los últimos años es consecuencia directa de la guerra contra las drogas. El desmantelamiento de la organización de los Beltrán Leyva, lejos de pacificar la entidad, provocó una guerra entre otros grupos, como Los Rojos y Guerreros Unidos, que se disputan el territorio.

Los esfuerzos de los distintos órdenes de gobierno por disminuir la violencia en el estado no han tenido éxito. La pobreza, pese a lo que sostienen algunos políticos, no es la causa de la situación. Un estado casi tan pobre como Yucatán tiene sólo 2 homicidios por cada 100 mil habitantes. No son las carencias económicas sino la guerra de las drogas lo que ha provocado la violencia y los secuestros.

 COLONIA POTEMKIN

La historia se repite. Se dice que el gobernador ruso Grígori Potemkin construía aldeas falsas al paso de la emperatriz Catalina en el siglo XIX para dar una falsa apariencia de prosperidad. Hoy cuadrillas de trabajadores arreglan febrilmente aceras, cableados y camellones de la colonia Guadalupe Inn de la ciudad de México para que el papa Francisco vea una realidad distinta a la que es.

Twitter: @SergioSarmiento

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