Ray ha transmitido a su hijo sus conocimientos de mecánica y su pasión por el automovilismo, lo que ha recibido el junior para convertirlo en una actividad imprescindible para su vida deportiva. (EL SIGLO DE TORREÓN/ JESÚS GALINDO)
Con frecuencia, los padres heredan a sus hijos más que sus genes, les transmiten sus gustos y aversiones, sus temores y sus sueños, el mundo del deporte no es una excepción y regularmente papás e hijos comparten aficiones por equipos o por disciplinas en general, ese es el caso de los laguneros Ray Hernández, padre e hijo, amantes del automovilismo y quienes ya compiten entre sí pisando a fondo el acelerador.
Mecánico de oficio, Ray papá es un apasionado del mundo del automovilismo deportivo, por lo que empezó a experimentar la adrenalina de competir hace 25 años, cuando su primogénito aún no llegaba al mundo: "yo empecé a correr con unos amigos mecánicos, somos gustosos de los coches y decidimos probar, pero luego de probar ya no lo hemos podido dejar. Mi hijo me acompaña a las carreras desde que estaba en el vientre de su madre, yo creo que por eso sacó el gusto por este deporte", describió.
Como todo padre, Ray se preocupa por su hijo, más aún al practicar un deporte que implica altas velocidades y donde se está propenso constantemente a un accidente, pero confía en la preparación que ha tenido su hijo para brindarle la confianza de competir en el serial CARS: "el tiempo me ha dado la satisfacción de correr junto a mi hijo ahora que él ha crecido. Hoy es gratificante correr en contra de él, somos un equipo, una escudería y como compañero le doy muchos consejos, aunque llega el sentimiento como padre de que no lo puedo arriesgar, estamos en un deporte de alto riesgo, de mucha disciplina. No es fácil tener a mi hijo a un lado o adelante de mí, porque al presionarlo mucho, puedo provocar un accidente", dijo.
Al encontrarse sobre la pista, sus autos alcanzan velocidades cercanas a los 200 kilómetros por hora, lo que da poco espacio para tomarse las cosas con calma, lo que dificulta los consejos de padre a hijo, debido también al ansia de juventud por alcanzar los primeros lugares: "no ha sido fácil trabajar con mi hijo, ellos por la juventud son muy arriesgados, no toman conciencia de lo que es la responsabilidad de manejar un auto de carreras. Mi hijo va aprendiendo a manejar mejor con cada carrera en la que participa, yo lo único que hago es darle su bendición antes de arrancar, como lo hace cada padre y le digo que se divierta, que este deporte para eso es", contó Rat papá.
Con apenas 18 años de edad y recién culminada su educación de preparatoria, Ray junior es el actual campeón de la categoría VW Sport en el serial de automovilismo de circuito CARS México, dejando a su papá en el segundo lugar. En el campeonato 2016 están peleando la punta de la clasificación general, coincidiendo ambos en que "cada quien se sube en su carro y ahí se acaban los parentescos, ahí ambos vamos por la victoria", añadiendo Ray junior "como papá lo quiero mucho, pero ya en la pista es otra cosa, a veces mi papá se enoja porque le gano, pero sabe que así es la competencia".
Al momento de decidir entrar en las competencias de automovilismo, los Raymundos tuvieron que lidiar con el permiso materno, ya que el tener a esposo e hijo en un constante peligro no es algo que le guste mucho a la madre de familia, como lo confesó Ray padre: "su mamá no estaba muy de acuerdo al principio, ella le decía que escogiera otro deporte, casi no nos acompaña a las carreras porque se siente muy presionada al vernos pelear en la pista. Nos espera en casa, nos manda buenas vibras y está siempre esperando la llamada con la noticia de que ya terminamos nuestra carrera y salió todo bien".
Ray guía a su hijo en la pista y fuera de ella, encaminándolo a ser un hombre de bien, mientras que Ray junior tiene como meta de vida contar con su propia línea de transportes, complementándolo con la práctica del automovilismo, herencia de su papá que le quedará para toda su vida, aprovechando por lo pronto para correr en la pista junto al autor de sus días, compartiendo la pasión por el deporte motor y el amor de padre - hijo, enmarcados por el rugir de los motores.
Tiene en el mundo del automovilismo deportivo Ray Hernández padre.
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