Para Venezuela 'la moneda está en el aire'

Venezuela celebró el 205 aniversario de su independencia, en medio de una crisis política y económica que hace incierto el futuro democrático del país.

"La moneda está en el aire", dice el investigador Rodrigo Salazar, profesor investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

Sin embargo, Salazar advierte signos negativos para la democracia venezolana. Entre ellos, la petición de disolver la Alianza Nacional -dominada por la oposición-, que impulsa la llamada coalición chavista o Gran Polo Patriótico, una alianza de partidos y movimientos que apoyan al presidente Nicolás Maduro, como heredero del régimen que inauguró el fallecido expresidente Hugo Chávez.

Pero la diferencia entre ambos es amplia, dice Germán Martínez Martínez, académico del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana. "Chávez era carismático, y llegó a contar incluso con apoyo de la clase media, y Maduro es menos hábil, sin pericia, y es más fácil atacar en el poder", advierte.

Eso lo sabe la Mesa de Unidad Democrática, que integra a los partidos y grupos de oposición, y que desde el otro polo de la confrontación promueve un referendo para someter a votación ciudadana la permanencia de Maduro en la presidencia de Venezuela.

En el medio, sin embargo están los venezolanos, quienes enfrentan una de los peores crisis económicas por la caída de los precios internacionales del petróleo, principalmente, y que cerró la llave de los recursos de que disponía este país productor en el pasado.

"Su economía depende del petróleo", dice Martínez Martínez. "Gracias a los recursos petroleros -agrega-, el régimen de Chávez pudo financiar toda una batería de políticas sociales que le ganaron apoyo popular, incluso de las clases medias en algún momento".

Ahora que el precio del petróleo cayó, esas políticas ya no son financiables, "y aun el día a día de la burocracia venezolana se ha vuelto difícil", dice el académico.

Salazar, de Flacso, advierte que "todos los países exportadores de materias primas están padeciendo el final del boom de los commodities, y sus gobiernos sufriendo esas consecuencias", dice.

Pero Venezuela tiene una peculiaridad, explica: "La gestión económica de su gobierno ha sido particularmente incompetente e irresponsable, que ha ocasionado que su población sufra más el impacto de la reducción del precio del petróleo".

UNA REALIDAD MUY GRAVE

Martínez Martínez, de la Ibero, advierte que "la realidad de Venezuela es de tal manera grave, que probablemente esa la razón por la cual actores internacionales importantes no han decidido imponerle sanciones económicas", explica.

"Tiene que ver con un elemento de prudencia", dice el académico, quien considera que las sanciones económicas podrían presionar al gobierno de Maduro, pero al mismo tiempo pondrían en riesgo la estabilidad social en el país.

No obstante, considera esas sanciones como una posibilidad de "ir más allá" en la presión internacional contra el régimen de Maduro. Aunque "eso significaría moverse de muchas prácticas de política exterior que ha predominado en América Latina", dice.

Incluido México, agrega. "México se vanagloria de su política exterior de no intervención. Pero esa era una más de las manifestaciones antidemocráticas del PRI. Una estratagema para decir: yo no me meto contigo, tú no te metes conmigo".

Pero México podría hacer más en el caso de Venezuela, dice. "Si el país realmente busca ser un actor en la arena internacional, tendría que asumir una posición diferente: condenar y asumir acciones de castigo económico para Venezuela para apresurar de una situación que obligara a los actores venezolanos a negociar y encontrar una salida".

Sin embargo, agrega, el presidente Enrique Peña Nieto no ha cumplido con su compromiso de convertir a México en un actor internacional. "Para hacerlo, no bastan las visitas internacionales. Eso es inútil. Faltan posiciones claras que no conlleven acciones en alianza con otros países para propiciar los valores democráticos".

El petróleo aumenta la crisis

El factor económico provocado por el petróleo ha jugado un papel relevante en la crisis política de Venezuela, explica Rodrigo Salazar, de Flacso.

"Las reiteradas victorias electoral de la coalición chavista, llevadas de la mano del boom de los precios del petróleo que financiaron una política de gasto expansiva, hicieron creer a la clase gobernante que podían asegurar su permanencia en el poder de manera indefinida".

De este modo, dice, el Partido Socialista Unido de Venezuela se convirtió en un partido hegemónico que formó instituciones a su antojo y dejó un marco institucional que no es de balanzas y contrapesos.

"La oposición jugó en ese marco", afirma. Ahora, sin embargo, quiere aprovechar el descontento social y "jugarse el todo por el todo" para impulsar elecciones, pero la coalición chavista sabe que pendería.

Por eso, advierte, al parecer hay "la tentación chavista de dar un golpe de mano y dar el salto hacia un régimen dictatorial".

-¿Cabe la posibilidad de un golpe de Estado?

Los dos académicos guardan reserva. Martínez Martínez lo mira como una posibilidad lejana y poco deseable. Salazar aclara: "Es sólo una posibilidad", pero cabe porque en la coalición chavista hay "la tentación de prohibir a la oposición y disolver el Congreso, lo que llevaría a Venezuela a una situación de partido único", explica el investigador.

Pero en el escenario de un posible golpe de Estado en Venezuela, el Ejército desempeña un papel protagónico porque, a diferencia de la tradición golpista de fuerzas armadas en el cono sur, en Venezuela los militares tienen una tradición más democrática, explica Salazar.

"El ejército ha dado muestras de ser más disciplinado y democrático que otros ejércitos de la región", afirma.

Por eso, en estos momentos de división en Venezuela, "ha sido determinante para que la coalición chavista no le dé al traste a las instituciones democráticas".

Martínez Martínez, de la Ibero, descarta el golpe Estado. "Son sumamente improcedentes ese tipo de acciones", afirma. Pero advierte que durante años hubo por parte del chavismo una operación para "purgar" del ejército y desplazar de las posiciones más importantes a los generales que disentían del régimen.

En cualquier caso, la situación en Venezuela es muy volátil y lo cierto, dice Salazar, es que "no hay certeza de que ese país siga las reglas del juego democrático", ante la posibilidad de nuevas elecciones.

Para Martínez Martínez, lo más deseable es que se lleve a cabo el referéndum de manera adecuada y que cualquiera de las partes acepte los resultados. Aunque "esto podría implicar que Maduro ganara", advierte.

Sin embargo, agrega, "es muy factible el escenario de impedir el referéndum, que los problemas económicos se vuelvan cada vez más graves y que continúe la tensión entre Maduro y la oposición".

De ser así, coinciden los especialistas, la situación de Venezuela se volvería impredecible.