Estamos muy cerca de concluir la época de estiaje (noviembre-junio) e iniciar la temporada de lluvias (julio-octubre) en las cuencas de los ríos Nazas y Aguanaval. Ya empezaron a presentarse las primeras tormentas tropicales en el océano Pacífico y próximamente se empezarán a formar los ciclones.
De acuerdo a los pronósticos meteorológicos se estima que este año ocurrirán 16 ciclones en el Pacífico, de los cuales la mayoría se desarrollan y alejan de las costas mexicanas, sin embargo, aportan humedad que traspasa la Sierra Madre Occidental. De estos fenómenos meteorológicos algunos logran impactar las costas de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Jalisco, Nayarit, Sinaloa, Sonora y Baja California Sur.
La Comarca Lagunera depende principalmente de las lluvias que ocurren en la cuenca alta del río Nazas, principalmente provocadas por los ciclones que se acercan o chocan en las costas entre Nayarit y Sinaloa, las cuales generan escurrimientos superficiales y subterráneos que son captados en las presas y acuíferos de la región.
Dado que la ocurrencia de los ciclones es aleatoria, es muy difícil obtener un pronóstico de la precipitación pluvial en la región. Es importante mencionar que con un solo huracán que aporte lluvias a la cuenca alta del río Nazas es suficiente para captar bastantes escurrimientos en las presas y acuíferos, así como lluvias en la Comarca.
Debido a que en lo que va del año ha habido pocas lluvias en los municipios de La Laguna y en otros del estado de Durango, algunas personas tienen la percepción de una situación alarmante, sin embargo, debemos esperar a que concluya la época de estiaje a finales de junio o principios de julio. Esta situación es normal y pronto empezará la temporada de lluvias. Esperemos que este año las lluvias sean suficientemente abundantes para lograr tener reservas de agua en la región y se mejore el clima.
Cada año cuando se presenta la temporada de calor, se incrementa la demanda de agua en las ciudades y centros de población rurales del valle de La Laguna, provocando condiciones de desabasto en algunas colonias o áreas aun cuando exista disponibilidad de agua en los pozos. Este problema se ha planteado en repetidas ocasiones que se debe a las deficiencias en la distribución del agua en los sistemas urbanos.
Cuando aumenta la demanda y no se tienen sectorizadas las redes de distribución, se reducen considerablemente las presiones al no tener un control en el suministro de agua por áreas, circuitos o sectores. Este concepto hidráulico es básico y deben tomarlo en cuenta los organismos operadores de los sistemas de abastecimiento.
Ahora que Torreón, Gómez Palacio y Lerdo cuentan con un mayor número de pozos con más disponibilidad de agua, esperamos que no se presenten las situaciones de desabasto recurrentes de años anteriores.
