El agua abastecida a la población en las ciudades de la Comarca Lagunera proviene de los acuíferos regionales, que son reservas de aguas subterráneas que se extraen mediante pozos conectados directamente o indirectamente a las redes de distribución.
El crecimiento acelerado e irregular de los asentamientos humanos en la región ha obligado a los organismos operadores a ampliar la infraestructura de suministro de agua para incrementar la cobertura del servicio a la población, sin embargo, se requiere adecuar y reforzar la infraestructura existente con una visión a mediano y largo plazo, sin descuidar su funcionamiento a corto plazo y así poder enfrentar la demanda de agua con un servicio más eficiente y menos vulnerable.
Cabe mencionar que la mayoría de las redes de distribución de agua funcionan como sistemas abiertos, estando interconectados entre si los circuitos de diferentes zonas, por lo que se pueden estar transfiriendo volúmenes importantes de agua de un sector a otro con altas pérdidas de energía por su traslado a grandes distancias, lo cual obliga a instalar equipos de bombeo con potencias excesivas en la mayoría de los pozos y tanques.
Es importante destacar que la tendencia en los organismos operadores para mejorar el servicio ha sido incrementar la producción construyendo nuevos pozos, ya sea para reponer pozos o para cubrir ampliaciones en las redes de distribución, dadas las fuertes demandas sociales que exigen con urgencia soluciones inmediatas en el suministro y distribución del agua. Esta solución puede resultar parcial si no se reducen las pérdidas por fugas y se controlan las presiones en las redes de distribución.
Cuando los pozos inyectan sus descargas directamente a la red, se restringe su producción debido a que se presentan sobrepresiones en los circuitos al disminuir los consumos durante la noche, lo cual limita la disponibilidad de agua durante las horas de mayor consumo al no almacenarse los excedentes nocturnos en tanques de regulación. Esta forma de operar los sistemas origina mayores pérdidas por fugas, por lo que es necesario controlar y optimizar el funcionamiento de la infraestructura disponible mediante la sectorización hidráulica.
Los sectores hidráulicos constituyen áreas de control de las entradas y salidas de agua en las zonas integradas por uno o varios circuitos de las redes de distribución, que permiten independizar o regular su operación a través de válvulas estratégicas. De ahí la importancia de sectorizar hidráulicamente las redes de distribución de agua, ya que se pueden realizar evaluaciones de la distribución del agua, balancear flujos y presiones en los circuitos, aislar zonas cuando se requieran efectuar trabajos de mantenimiento y para eliminar pérdidas en los sistemas.
Con la sectorización hidráulica se pueden regular y mejorar las presiones en las redes de distribución de agua, así como obtener un suministro adecuado en los sectores donde se presentan deficiencias. Sirve también para identificar y cuantificar las áreas con mayores volúmenes no contabilizados, tales como tomas clandestinas, servicios públicos no medidos y pérdidas por fugas.
Por lo tanto, la sectorización hidráulica de las redes de distribución plantea una serie de objetivos con el fin de lograr un control más preciso y adecuado del suministro de agua en las diversas áreas de servicio, lo cual implica establecer un funcionamiento apropiado de la infraestructura (pozos, tanques y circuitos) para balancear hidráulicamente los sectores, evitando que algunas zonas tengan excedentes de agua y en otras existan deficiencias.