Estas dos últimas semanas hemos estado en los reflectores internacionales, no por ser el mejor país del mundo ni por tener un sistema de gobierno ejemplar, sino por el escandalazo del Profe Moreira, quien fue detenido en España por motivos que todos ya sabemos, y más. Lo que llama la atención, es el silencio de las autoridades federales, estatales, municipales y de la oposición. Por esta razón, surgen un sinfín de dudas, entre las que destacan la legitimidad y seriedad de nuestro sistema judicial. ¿Cómo es que existe una investigación del año pasado en donde se exoneró al exgobernador de todos los cargos? ¿Cómo es que no estábamos enterados de ese proceso? Se alzan débiles voces del sistema sosteniendo a Humberto Moreira que dicen que si él lo requiere, le facilitarán todos los medios para su defensa. ¡Pobre México! ¡Pobre Coahuila! Nosotros no somos quién para juzgar a nadie, pero sí somos ciudadanos que sabemos que existe una deuda en el período de gobierno del señor de más de 34,000 mdp, que parte de esa deuda se contrató con ilícitos, que 18, 000 mdp andan perdidos, que no hay ningún proceso penal sobre los responsables, que el Congreso del Estado se atrevió a legitimar esa deuda, que el expediente está reservado hasta el 2019 y que Coahuila ha vivido en los últimos cuatro años un deterioro en su infraestructura e inversión pública. No somos quién para juzgar, pero sí somos quién para exigir cuentas claras a nuestras autoridades, autoridades que siguen calladas o sólo dando evasivas. ¿Existen culpables o no? ¿Y quiénes son? El tema indigna y mucho, si dejamos de creer en las instituciones, ¿Qué nos queda a los ciudadanos?, ¿a quién o a quiénes podremos recurrir? Pasamos del júbilo y la esperanza al total desánimo. Veremos en las próximas semanas cuál es nuestra realidad, si las instituciones son sólidas y si tienen intención de cooperar para que este proceso sea verdaderamente serio y que nos den a los mexicanos certeza y credibilidad en el Gobierno. ¡Algo difícil! Después de la publicación de la OCDE, que nos sitúa en el último lugar como el país más corrupto de la organización. Bonito premio nos acabamos de sacar y ¿el momento?... muy oportuno.
En La Laguna tenemos el mejor ejemplo de que vivimos un estado quebrado, en donde el dinero no se ha ejercido responsablemente; seguimos sin saber del fideicomiso del alumbrado público, si ya se entregó o no, qué pasó con la famosa fianza, ISN, SIMAS y su pleito con ECOAGUA y decenas de preguntas que se le han hecho a las autoridades y que no se han dignado a contestar.
Esta semana debió de iniciarse la construcción del teleférico y hasta donde sabemos, eso no ha ocurrido; esperamos que haya sido porque las autoridades municipales entraron en conciencia y se dieron cuenta de lo absurdo del proyecto en estos momentos de tantas carencias por todos lados. Si ese recurso de 60 mdp esté etiquetado para turismo, como han defendido tanto nuestros funcionarios, ¿porqué no usarlo en otro proyecto turístico que no sea tan oneroso? Una posibilidad es un recorrido turístico en Turibus por los diferentes lugares que tenemos en La Laguna y que se pueden presumir (los museos, el canal de La Perla, la Plaza de Armas, la mezquita musulmana, el mismo Cristo de las Noas, etc). Con un proyecto como éste, no se gastaría más de lo asignado y no tendríamos que estar buscando el dinero para completar el famoso teleférico.
Ideas hay muchas, los ciudadanos podemos aportar, siempre y cuando haya una cercanía entre Gobierno y gobernados, cosa que cada vez vemos más difícil. La ciudadanía está relegada y lo hemos permitido. Todos podemos desde nuestra trinchera aportar un granito de arena, no dejemos que otros nos hagan la tarea.
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