No pasa semana sin que nos enteremos de nuevas tranzas y también de nuevas formas del discurso del gobernante; las primeras, no por lo novedoso, sino por lo reiterado en otros lugares de cómo se ven las cosas, que nos ponen en el enorme riesgo de perder la capacidad de enojo, coraje y que lleguemos a considerar los hechos como algo natural; y las segundas, es que escuchamos y leemos lo que los gobernantes dicen y los medios reproducen, como si fuera la única verdad. El que el Gobierno cuente con canales de comunicación (diarios, estaciones de radio, tv, entre otros) se debe a una vieja, pero muy efectiva forma de mantenerse todo el tiempo en oídos y ojos de todos: tiene presupuesto para ello, ya que usa de manera legal recursos públicos para disfrazar información que debe limitarse a la obra de Gobierno y se transforma en entrevistas, declaraciones, participaciones en programas disfrazados de análisis, pero que en realidad le sirven al gobernante para promocionarse, y si el medio no entra a este aro, se le retira la compra de publicidad en su espacio y la posibilidad de contratos futuros, gracias a los legisladores. Lo anterior viene al caso porque Torreón fue sede para la celebración del Día Internacional del Dato Abierto, este 4 y 5 de marzo conmemorado con conferencias y pláticas sobre el tema. Derivado de este acontecimiento, los días 5 y 6 se hicieron algunas afirmaciones publicadas en este diario, que requieren de precisión: el primer día, según nota publicada, se dijo que entre más datos abiertos tenga el Gobierno, tendremos mejor democracia y que esto supone mayor credibilidad; en este caso, afirmo que no es automático, sobre todo porque la democracia es más que información pública y por lo regular es la que no genera confianza. El alcalde Riquelme afirma que por el hecho de que se permita el acceso a la información ya se promueve la colaboración ciudadana; viniendo de él esta declaración, la imprecisión aflora, dado que su Gobierno se ha caracterizado por el autoritarismo y la intolerancia, contrarios a la colaboración. Ser el primer municipio en el país con un portal de datos abiertos como afirma con orgullo el contralor Lechuga, no significa que exista un gobierno transparente, y tampoco que rinda cuentas efectivas; allí tenemos los contratos, fianzas, fideicomisos relacionados con la reconversión del Sistema de Alumbrado Público que se desconocen, que no se localizan como dato abierto en el portal del Gobierno de Torreón. El gobernador Moreira afirma que la transparencia es una obligación de rendición de cuentas, lo que implica que desconoce el significado, ya que puede ser transparentemente corrupto un Gobierno, en tanto no rinda cuentas, como es el caso de la deuda que podría andar ya en los 50 mmdp; existe la información publicada sobre el particular, pero claro, con las reservas que al Gobierno le interesa mantener.
Es necesario aclarar que la apertura de datos tiene otra intención al realizar actos como el que se comenta, y es la de distraer y tratar de confundir, y en el peor de los casos, justificar que lo que se gasta en estos actos está respaldado. Se podrá alegar lo contrario, pero mientras no se demuestre con hechos que la democracia es más que los datos, y que la colaboración no se limita al conocimiento de éstos, estaremos dando vueltas y vueltas en una eterna simulación, con los nombres de transparencia, rendición de cuentas, datos abiertos, y por qué no, también Gobierno abierto, que tampoco se debe confundir con la apertura de los datos. Por otro lado, ni duda cabe que el ejemplo cunde; si lo hizo Coahuila, ¿por qué no lo puede hacer Pemex? Es decir, pedir préstamos para pagar deuda, o sea, endeudarse más para pagar lo que se debe. Las palabras mágicas son contratación de créditos para "inversión pública productiva", si no lo creen, vean el Decreto 534 en la página del Congreso de Coahuila. Estimado lector, no todo es de este color, también tenemos destellos de luz, y para verla, involúcrate en la convocatoria nacional que se hace para participar este domingo 13 de abril en el acopio de firmas - 120 mil como mínimo- para impulsar la iniciativa legislativa ciudadana conocida como Ley 3 de 3 o Ley General de Responsabilidades Administrativas que organizaciones de la sociedad civil están promoviendo. Entra con él #Ley 3 de 3: El balón está en nuestra cancha, debemos jugarlo y jugarlo bien.
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