Me dirijo a todos los que cada día luchamos para salir de este obscuro pozo en que nos tiene la clase política. A los que día a día nos aferramos a la esperanza y no dejamos de esforzarnos para salir adelante, para ver una luz, para mejorar nuestra vida y la de los nuestros.
De pronto perdemos la esperanza en esta lucha, pues nos damos cuenta que la mentira, la impunidad y la corrupción continúan, y ya ni siquiera lo disimulan, es a la vista de todos con cinismo y con burla. Nos percatamos de que tampoco les interesan las propuestas ciudadanas, las de mejorar el aspecto de la ciudad, las de mejorar las calles, las banquetas, tantas cosas que necesita nuestra ciudad (seguridad, limpieza, iluminación, pavimento, etc.) En cambio, el Gobierno prefirió destinar la partida federal en un teleférico para que así se vean mejor las condiciones tan deplorables en que se encuentra nuestra ciudad. Y qué decir de nuestro Gobierno, que a pesar de todo lo que han publicado los medios sobre Humberto Moreira y su familia, no tenga el valor y la decencia de aclarar la Megadeuda, que dicho sea de paso, esa deuda crece cada vez más, llevando a Coahuila a la ruina con grandes carencias, faltas de escuelas, centros de salud, falta de inversión y oportunidades para los jóvenes que se ven en la necesidad de migrar porque aquí no ven futuro. En fin, se ve un futuro desolado gracias a la ambición de unos cuantos.
¿Qué necesitamos de ustedes señores gobernantes?
Que hagan su trabajo, al que ustedes se comprometieron y que lo hagan de una manera transparente y eficiente, rindiendo cuentas a la ciudadanía con planes y proyectos bien definidos y orientados a las necesidades de la ciudad.
Yo me pregunto, ¿por qué hemos permitido que unos cuantos dirijan nuestro destino?
¿Será que nos hemos dormido, que hemos caído en la apatía, en el conformismo? ¿Será que hemos permitido que nos quiten la esperanza? No olvidemos que Torreón era ejemplo de lucha, de esfuerzo, de progreso, donde nuestra gente logró hacer florecer al desierto.
Debemos seguir aferrados a esa esperanza, a ese espíritu de lucha con la convicción de que nosotros podemos cambiar las cosas. Ahorita estamos sembrando, pero habrá frutos y por supuesto después, la cosecha.
No permitamos que sigan quitándonos ese espíritu de luchar por aquello que amamos.
Torreón lo merece.
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