¡Qué frase tan desafortunada! De inmediato, a la velocidad de un tuit, se hizo viral en redes sociales desde que EPN la emitió al inaugurar el Tianguis Turístico 2016 en Guadalajara, Jalisco.
El Presidente Enrique Peña Nieto lanza dardos sin ton ni son y se le revierte como boomerang demoledor.
El Presidente no entiende por qué los mexicanos estamos de mal humor y no vemos que México avanza y que está creciendo. Sugiere que estamos influidos por comentaristas, líderes de opinión, académicos, medios de comunicación independientes (que cada día son menos), la prensa internacional, organizaciones de la sociedad civil y ciudadanos de a pie que registran el acontecer nacional. Cree que como él no lee, nadie lo hace, que no vemos ni percibimos nada, que no tenemos la capacidad racional de distinguir los factores externos: de mercado y financieros inherentes a la globalidad, ni los internos: de insuficiente crecimiento, competitividad, inseguridad y violencia, corrupción e impunidad.
El presidente infiere que estamos malhumorados sin causa, que todo marcha sobre ruedas de acuerdo a lo previsto en el Plan Nacional de Desarrollo y al Presupuesto de Ingresos y Egresos de la Federación, que somos exagerados e irresponsables al afirmar que México es un estado fallido. Asumen que ellos desde el gobierno saben hacer las cosas muy bien y para muestra, un botón. El mes pasado el Secretario de Desarrollo Social, José Antonio Meade Kuribreña, dijo que somos suertudos de tener a EPN como presidente, que todo está contemplado y que el proyecto sexenal se está moviendo con éxito hacia la modernidad.
En esa misma línea de razonamiento, la administración municipal del Ing. Miguel Ángel Riquelme Solís, se defiende ante las críticas diciendo que está trabajando aquí y ahora, en clara respuesta al video "Ciudad que Vence" que PC29 emitió vía redes. Declara que "una administración que trabaja, puede con todo" (El Siglo de Torreón, Yolanda Ríos, 6 de mayo 2016). Entre líneas o abiertamente refuta los señalamientos de las organizaciones ciudadanas que estamos preocupados y ocupados de lo que ocurre en nuestra ciudad y lanza dardos maliciosos desde la presidencia municipal o por sus corifeos, que a cualquier requerimiento de información que hagamos nos tachan de amargados e intolerantes, diciendo que estamos negados a ver el buen funcionamiento de todo el organigrama local y que criticamos despiadadamente, sin razón, y con la espada desenvainada para hacerlos quedar en ridículo. Se dice que de antemano estamos predispuestos a no ver lo que se hace bien y que además estamos defendiendo banderas partidistas.
Es oportuno recordarle a nuestro alcalde que nuestra organización, Participación Ciudadana, A.C. (PC29), es simple y llanamente apartidista, que en su visión y misión destaca la búsqueda permanente de crear ciudadanía comprometida con las mejores causas para que el funcionamiento ejecutivo y administrativo de la entidad sea viable y beneficie a todos en general y finalmente, que no somos un grupo de choque, que respetamos las leyes y la jerarquía de las autoridades, que pagamos impuestos y que tenemos derecho y obligación de demandar, señalar y condenar las actividades o malas conductas de las personas que nos representan.
Cuando el mal humor local está cimentado en bases sólidas de lo que se ve no se pregunta, no necesitamos ser eruditos para darnos cuenta que tenemos muchos problemas por resolver y que estamos padeciendo la improvisación. El círculo vicioso de la deuda del municipio y la megadeuda de Coahuila nos tienen entrampados en la inacción y la inmediatez que se les ocurre para pagar, es decretar el aumento de impuestos locales y las multas. La falta de recursos es la consecuencia lógica que deriva en el incumplimiento de entrega de obras públicas en fecha y forma.
Vemos con desánimo lo poco que se hace y lo mucho que falta por hacer y lo que llama la atención, es que el rubro que se está moviendo con rapidez, es la apertura indiscriminada de antros, bares y restaurantes. Se escuchan voces que dicen que los propietarios de los nuevos establecimientos son algunos funcionarios de la administración municipal...¿Será? Dice el dicho popular que cuando el río suena, es que agua lleva. Creo que es saludable en tiempos convulsos y malhumorados se abran espacios de esparcimiento y diversión para los jóvenes y las familias, nuevos sitios que impulsen la economía y que generen fuentes de trabajo, pero lo que es inadmisible es que los funcionarios se sirvan del puesto para lucrar con otras actividades que los distrae de su quehacer político y que además infrinjan los reglamentos de cierre y apertura que ellos mismos han impuesto. No pueden ser juez y parte y mucho menos que se cumpla la ley en los bueyes de mi compadre. O todos coludos, o todos rabones. Mejor será que nos expliquen si esto es cierto, para no seguir especulando.
No sé si a usted le gusta estar de mal humor. Esa condición altera, irrita y permite hacer juicios de valor equivocados. Quizá la receta mágica para contrarrestar el mal humor social sería buscar soluciones prácticas que coadyuven al mejor funcionamiento de todas las instancias de gobierno. Estamos en la mejor disposición de sentarnos con las autoridades y otras asociaciones civiles ciudadanas para crear canales cordiales de comunicación y de acción. Que se escuchen las quejas para encontrar lo que ayude a solucionar los problemas en cualquier circunstancia que se presente, siempre en el ánimo de construir y no destruir lo que de por sí se hace bien. Esa es nuestra premisa de trabajo en PC29, que tengamos un Torreón fuerte, limpio, justo, próspero, con excelentes servicios para que vuelva el carácter festivo que caracteriza al mexicano y alejemos el mal humor que nos condena. Ojalá así sea.
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