Vemos una incapacidad en los servidores públicos que asusta, una incapacidad en el presidente Peña que no le ha permitido llevar a buen puerto al país, una incapacidad del gabinete que no está haciendo bien su tarea, a Osorio Chong combatiendo a los de la CNTE con medidas arcaicas, a Videgaray que no puede ser menos soberbio y reconocer que su reforma hacendaria fue un fracaso y ha llevado a la empresa a la bancarrota, a un Nuño que no ha logrado la tan esperada reforma educativa y así, a casi todo el equipo de primera línea.
Lo triste es que esa incapacidad no sólo se ve a nivel federal, lo observamos en nuestro estado, con un gobernador que se anotó una estrellita para sí mismo y su equipo, exonerando a su hermano Humberto y dejándonos pasmados a todos los coahuilenses. Ahora resulta que no hay delito que perseguir, que todo se hizo conforme a Ley y que los ciudadanos debemos estar muy orgullosos de cómo nos han gobernado. ¡Increíble, mil veces increíble! Existe una tremenda incapacidad para darse cuenta del daño económico, pero también moral que nos han hecho. Todo es chiste y todo es risa, el caso es salirse con la suya. Vemos también a nivel estatal, a un secretario de Salud que no sabe de eso, de salud. Fue el anterior secretario de la función pública y viene de la Iniciativa Privada y ahora es el encargado de todos los sistemas de Salud del estado. ¡Válgame Dios! Y ahora Sr. Verástegui, ¿Qué va a hacer con el problemón del Hospital General? ¿O no es asunto suyo? ¿Verdaderamente importan las muertes de esos niños? Y así nos podemos ir de funcionario en funcionario.
Aquí en el municipio, no cantamos mal las rancheras. Un ejemplo es la prepotencia y la actitud beligerante que tiene el gerente de Simas, Xavier Herrera, que no se le puede voltear a ver sin que se altere. Y estas lluvias que no le ayudan; aunque como dicen, para una vez al año que llueve en Torreón, como quiera nos aguantamos. Es increíble que simplemente el colector de Diagonal Las Fuentes se haya caído otra vez; pero es culpa de las lluvias, dicen por ahí. Además de todo el desastre que sigue siendo esa dependencia. Nuestro tesorero no ha podido entregar a PC29 los documentos que avalan que ya se pagó lo que se debía a las pensiones (dicho sea de paso, ese dinero no tenía por qué haberse utilizado en otra cosa que no fuera ésa), algo que él aseguró en la última reunión del municipio con nuestra asociación. Y seguimos esperando.
También vemos una incapacidad en Berlanga, nuestro flamante director de Obras Públicas. Muchas obras iniciadas, pocas terminadas, y la ciudad hecha un desastre. ¿También tienen la culpa las lluvias?
No queriendo ser ingenuos, salta la pregunta: ¿incapacidad o mala intención? Es verdaderamente una incapacidad para hacer su trabajo o es una mala intención para lograr en río revuelto, ganancia de pescadores. ¿Quién se está beneficiando con esta supuesta incapacidad de nuestros gobernantes en todos los niveles de gobierno? Con desaliento vemos que nada más ellos mismos y su camarilla. Y observamos que es muy conveniente que los tachemos de incapaces para que ellos con su mala intención, logren su objetivo. ¿Y el país? ¿Ese? A nadie le importa; cuando menos, no a ellos.
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