Septiembre, Mes de la Patria para celebrar a los Niños Héroes que ahora dicen que son un mito, y a los padres de la Independencia que nos dieron libertad.
Septiembre es el mes más emblemático del calendario mexicano y es cuando se desatan los sentimientos de identidad y pertenencia por nuestro "México Lindo y Querido", nuestra tierra tan lacerada de torpezas, en donde abundan atropellos y abusos en toda la geografía nacional y en donde nuestro presidente Peña es rechazado por el 80% de los mexicanos. A pesar de todo ello, todavía nuestra idiosincrasia festiva y alborotada se abstrae de lo que duele para dar cabida a la fiesta y el reventón y en un sólo grito cantar ¡Viva México!
La consigna sigue siendo darle al pueblo pan y circo para distraerlos o al menos atemperar el mal humor social y para muestra, tenemos varios botones.
En el ámbito federal, vemos en el tradicional Grito de Independencia desde el balcón de Palacio Nacional, a un Peña Nieto lacio y tenso, a su esposa con vestido "reciclado" para demostrar la austeridad y a la familia presidencial con atuendos que las redes sociales reportan el costo en varios miles de pesos. Vemos también, a un público poco receptivo o muy cansado por el acarreo documentado en fotos y videos desde el Estado de México y estados circunvecinos a la capital. Vemos otra marcha que convocan los ciudadanos en redes sociales con el hashtag #RenunciaYa que no llega al Zócalo porque una valla de granaderos le impiden el paso en el Palacio de Bellas Artes. Vemos estampas en contradicción de un México dividido, pero aparentemente en paz.
En el ámbito local vemos al alcalde Miguel Ángel Riquelme exultante, rogándole a la corte celestial que su partido lo elija para abanderar la contienda por la gubernatura y también rogando al FONDEN que le sitúe 120 millones por los recientes daños ocasionados por las atípicas lluvias que vinieron a demostrar las grandes deficiencias técnicas e hidráulicas de la ciudad. Ante tal panorama y la danza de los millones en que tasan las obras, más el moche reglamentario, creo que ninguna cantidad es suficiente para reparar el gran daño sufrido y llevar a cabo una pavimentación integral, y no los recarpeteos que las lluvias de septiembre volverán a estropear. Agregando a esto, el alumbrado público de primera generación más caro de la historia reciente, tiene sus altibajos, fallando en varios sectores de la ciudad, y las obras inconclusas que de esta administración que tanto han cacaraqueado y que no avanzan como prometen.
El municipio, según fuentes de INFOMEX y de medios de comunicación, tiene pasivos en deuda acumulada por 548 millones (Noticieros GREM, 9 de agosto, 2016). Hay informes que los pagos a proveedores están suspendidos porque el municipio no tiene liquidez, que sólo alcanza para cubrir la nómina. Sin embargo, lo que llama mucho la atención es que sigan despilfarrando el dinero en gastos superfluos e innecesarios, que ni la efeméride tan importante justifica el dispendio cuando los problemas que enfrenta la ciudadanía son cada día mayores. Lo que no se entiende es que habiendo muchas prioridades urgentes por resolver, prefieran darle al pueblo pan y circo en las festividades del aniversario, trayendo a Aída Cuevas, Carlos Cuevas, Mario Domm y su grupo Camila, una populosa función de lucha libre y los vistosos fuegos pirotécnicos. ¿Cuánto costó todo esto? Sólo los ingenuos piensan que los artistas vinieron en plan altruista y por generación espontánea a divertir a los laguneros y sin ningún cargo al erario.
Y por si todo esto fuera poco, nuestro flamante alcalde celebró su 46 cumpleaños con una gran fiesta en conocido centro social con más de 1,500 invitados de cuates y amigos. La pregunta obligada es: ¿quién pagará esta fiesta? Porque a mí las cuentas no me checan en cuanto a lo que percibe y lo que ya gastó. Curioso ver cómo la fiesta de cumpleaños se presta como pretexto para actos anticipados de campaña, y lo que más irrita es el engaño y la peregrina idea que ofende a nuestra inteligencia: que no causará ninguna erogación al municipio. Sin duda estos actos pretenden mostrar músculo, olfato político y todas las linduras que inventan para atrapar a la clientela cautiva que tienen bien aceitada y a los indecisos que también suman.
Con motivo de la celebración del aniversario de Torreón, aunadas a las fiestas patrias y el reconocimiento que otorga el municipio a ciudadanos destacados en el 2016, el alcalde en su alocución nos invita a la reconciliación, en dejar atrás las diferencias y a unirnos en una sola voz para rescatar nuestra ciudad. Tendría sentido la convocatoria si ellos mismos no provocaran la irritación, el mal gobierno, la nula transparencia y rendición de cuentas, el gasto desproporcionado en fiestas de cumpleaños o abiertos actos de campaña que en nada favorece al bienestar y bien común de la ciudadanía y nos aleja de la confianza, el respeto y la credibilidad que les debemos a los que gobiernan. La confianza no se pide, se gana.
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