La formación fundada por Putin obtuvo el domingo 343 de los 450 escaños que conforman la Duma o cámara de diputados. (EFE)
El presidente ruso, Vladímir Putin, interpretó hoy la arrolladora victoria del partido del Kremlin, Rusia Unida, en las elecciones legislativas del domingo -que registraron una abstención sin precedentes- como una reacción a las presiones de Occidente.
"Los resultados de las elecciones son la reacción de nuestros ciudadanos a la presión exterior sobre Rusia, las amenazas, las sanciones y los intentos de caldear el ambiente desde dentro", aseguró el jefe del Kremlin durante una reunión del Gobierno.
Putin destacó que Rusia Unida (RU) haya obtenido más del 54 % de los votos pese a que la economía nacional se encuentra en profunda recesión desde 2014 y al drástico descenso de los ingresos de la población, la primera vez que esto ocurre desde 1999.
"Pese a todas estas dificultades, una gran cantidad de incertidumbres y riesgos, la gente opta por la estabilidad y confía en la principal fuerza política, en el Gobierno que en el Parlamento se apoya en Rusia Unida", subrayó.
La formación fundada por Putin obtuvo el domingo 343 de los 450 escaños que conforman la Duma o cámara de diputados, según datos de la Comisión Electoral Central (CEC) de Rusia con más del 99 por ciento del voto escrutado.
Pese a contar con los índices de apoyo más bajos de su historia (43-44 %) y con su líder, el primer ministro Dmitri Medvédev, centro de todas las críticas, RU arrolló a sus oponentes y se hizo con una amplia mayoría constitucional.
"Estoy segura de que la mayoría de miembros de la comisión electoral no esperaban tal resultado (...), para nosotros ha sido totalmente inesperado", admitía Ela Pamfílova, presidenta de la CEC.
El partido de Putin se vio beneficiado por los cambios en la legislación electoral, ya que en esta ocasión el 50 % de los escaños se repartieron por circunscripciones mayoritarias, donde logró la friolera de 203 escaños de un total de 225.
Tras lograr menos del 50 por ciento de los votos y 238 escaños en 2011, el Kremlin decidió introducir unas enmiendas legales que le han permitido incrementar en 105 diputados su representación parlamentaria.
Un factor que ha ensombrecido su aplastante victoria ha sido la baja participación (47.7 %), doce puntos menos que hace cinco años, a lo que contribuyó el adelanto de los comicios de diciembre a septiembre, mes asociado tradicionalmente a las estancias en dachas o casas de campo.
Los analistas habían advertido de que a Rusia Unida le convenía acallar la campaña electoral, por lo que la mitad de los rusos nunca tuvo intención de acudir a las urnas, lo que fue denunciado hoy por los observadores occidentales.
Fue especialmente sangrante el bajo nivel de participación en las dos principales ciudades del país, Moscú (28.62 %) y San Petersburgo (25 %), aunque el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que eso "no influye de ninguna manera en los resultados electorales".
"No se puede decir que fuera baja. Es evidente que la aplastante mayoría de los electores manifestaron de hecho su respaldo al presidente. Una vez más, el presidente recibió un ensordecedor voto de confianza por parte del pueblo", dijo.
Los grandes perdedores de las elecciones fueron los comunistas, que lograron sólo el 13.54 % de los sufragios -casi seis puntos menos que en 2011-, seguidos muy de cerca por los ultranacionalistas del Partido Liberal Democrático, que consiguió el 13.28 %.
Rusia Justa, formación que se declara socialdemócrata, pero conocida por su lealtad a Putin, fue el último en superar el 5 por ciento de votos necesarios para acceder al arco parlamentario (6.19 %).
Dos formaciones que no tenía representación parlamentaria, la nacionalista Ródina (Patria) y la liberal Plataforma Ciudadana, se hicieron cada una de ellas con un escaño, pero la oposición más crítica con el Kremlin se quedó fuera de la Duma.
A diferencia de diciembre de 2011, cuando las denuncias de fraude desembocaron en las mayores manifestaciones antigubernamentales desde la caída de la URSS (1991), en esta ocasión las irregularidades no provocaron protestas opositoras.
"Estos días no habrá ninguna protesta. No veo ánimos para ello", dijo Mijaíl Kasiánov, ex primer ministro ruso y líder del liberal PARNAS.
La organización Golos (Voto), que vela por la defensa de los derechos de los electores, reconoció un descenso de las irregularidades con respecto a 2011, pero también que el uso del recurso administrativo pone en cuestión los resultados electorales y contribuye aún más a la alarmante apatía de los electores.
Por su parte, la misión de observadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) destacó que los comicios fueron más transparentes que en el pasado, pero denunció "numerosas irregularidades" durante el recuento de los votos.
