Paso de largo
Solemos planear la vida pensando y tomando en cuenta lo que nos importa, lo que deseamos, lo que consideramos indispensable para sentirnos bien, para conseguir la anhelada felicidad, y tocar los linderos del éxito.
Como muchos de ustedes saben, mi trabajo me obliga a leer de todo y al ir descartando lo que no me interesa ni me afecta desde el ángulo informativo, pensé que sería bueno hacer consciente qué de la vida ya no tomo en cuenta, por eso ¡me dio por hacer una lista más! Esta lista reúne todo aquello que alcanzo a ver con indiferencia, que puedo darle borrar sin culpa alguna; los gustos, prioridades, aficiones y convicciones facilitan la integración de lo que ha dejado de tener sentido, eso a lo que ya no damos espacio y que tal vez en otro momento ocupó esfuerzos especiales.
Al hacer la lista me doy cuenta que cargaba innecesariamente un montón de cosas que ahora veo como desechables y que sólo con los años y la experiencia he podido soltar, de esta manera sortear los obstáculos de la vida se hace menos pesado, llegar a este momento es un guiño que la libertad regala para que soltemos anclas que no permiten que nos movamos en la búsqueda de nuevas experiencias.
Te comparto entonces (y que sirva de provocación) este recuento de lo que hoy me hace pasar de largo:
•Lo que piensen de mí; cuando uno alcanza a creerlo con el corazón y la cabeza, empieza un proceso liberador que hace que toquemos el cielo. Si piensas cosas lindas de mí, qué bueno; si piensas cosas horribles de mí, es tu gusto; si te soy indiferente, mucho mejor
•Lo que hablen de mí; cada quien es dueño de sus palabras y silencios, ni puedo ni quiero controlarlos, cualquier cosa que hablemos de los demás es una mera interpretación que parte de creencias muy personales.
•Problemas de alcoba, pleitos de dinero, detalles de fiestas, reseñas, crónicas, inversiones millonarias de ágapes sociales que nunca dan gusto a todos
•Chismes de artistas; perdónenme, pero me da lo mismo si las cenizas de Juan Gabriel estaban o no en el homenaje que le hicieron en el Palacio de Bellas Artes
•Tampoco me interesa el futbol soccer; si el Santos pierde lo lamento por mis muchos amigos y amigas que sufren; no me importa la vida del Chicharito, ni si Tomas Boy está gordo o si la UEFA es el mejor negocio de todos los tiempos.
•Hace muchos años dejá de ver telenovelas, no conozco a los artistas de moda, no sé nada de los personajes, ni de los buenos ni de los malos.
•Las genealogías de las familias; si proceden de la más rancia alcurnia o si proceden como la mayoría de nosotros de familias comunes y corrientes que se partieron el lomo para vivir mejor. Si su procedencia es de Guipúzcoa o de Sombrerete, da lo mismo.
•De las justificaciones y explicaciones por y para los demás, esas me las merezco yo, a quien debo convencer de que mis elecciones son correctas es a mí misma.
•Encuentro que los halagos, elogios, reconocimientos son apreciados, pero ya no muero por ellos, no me los creo todos y no son determinantes para sentirme segura
•Me pongo lo que me gusta y las marcas son para que el ganado no se pierda. Me da exactamente igual si es un hipopótamo, una paloma, un alce, una V, una LV, una H, una CH, o si no hay logo de por medio mucho mejor.
•Paso de los recalcitrantes, de los que están peleados con la vida y buscan no quien se las hizo sino quien se las pague, evito a los fanáticos, a los monotemáticos, a los quejumbrosos, a los envidiosos, a los que no saben reírse de sí mismos.
Los tiempos de tratar de quedar bien con Dios y con el diablo han quedado atrás, es entonces que puedo percatarme que la calidad de vida está directamente relacionada con descartar en lugar de acumular, con la sencillez que mata a las complicaciones, con fluir para no estancarnos.
Twitter: @mpamanes