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Pequeñas especies

ADIÓS A MI AMIGO

Hace unos días, recibí un mensaje del Dr. José Cedillo, colega de generación, casi era la media noche: "Disculpa tan tarde, tengo un poodle de 11 años de edad con fiebre, hemorragia por recto, anorexia, deshidratación y postración, ¿qué hago?". Vi el mensaje a las 4 de la mañana y le respondí en ese momento sobre la probable enfermedad y el tratamiento a seguir.

Mi colega radica en la ciudad de Durango y es catedrático en la Facultad de Veterinaria, recuerdo que nos conocimos hace cuarenta y tres años al ingresar a la universidad, fue un excelente estudiante, por no decir el mejor de la generación con promedios de diez, era difícil el maestro que otorgaba la máxima calificación, sobre todo en Anatomía, aunque mi ego me recuerda que en dos materias también obtuve la máxima calificación de sesenta y nueve asignaturas que cursamos en la carrera, las recuerdo con mucho orgullo: Zootecnia de aves y Clínica de bovinos de leche. Es un honor apoyar a un colega, pero sobre todo a un amigo que me hizo desempolvar gratos recuerdos de estudiante. Después de unos días, recibí su carta...

Recuerdo cuando llegó a casa once años atrás, era un tímido cachorro que rápidamente supo ganarse a la familia formando parte de ella por su cariño e inteligencia, y sobre todo, por sus gracias; saludaba, giraba en el suelo, simulaba estar dormido, sabía que disfrutábamos de su espectáculo. Tenía la cualidad de respetar el espacio de cada uno de nosotros, nos conocía tan bien que sabía cuando estábamos tristes, preocupados, de mal humor y trataba siempre de alegrarnos la vida, a cambio de ello se conformaba con una caricia, un hueso o su máximo placer era un simple paseo a mi lado, con que poco se conformaba y que feliz era que lo demostraba con tan sólo su mirada que reflejaba el más puro amor que un ser puede otorgar. Qué gran lección de amor y gratitud demuestran nuestras mascotas. Como duele haberte perdido amigo mío, sabía perfectamente que eras un perro senil y padecías las enfermedades de tu edad, lo callaba y sólo te medicaba disminuyendo tus dolores, pero no me hacía a la idea de perderte, aunque también estoy conforme porque viviste una vida plena y feliz a nuestro lado, siempre brotará una lágrima al recordarte. Jamás aceptaré que algunas personas digan: "Al fin y al cabo era solamente un perro", además de ser una criatura del Señor, siempre diste lo mejor de ti, no necesitaste hablar para expresar el amor que nos otorgabas, con una mirada tuya o el movimiento alegre de tu rabo era más que suficiente para demostrarlo.

"Hoy me ha dejado el amigo que desbordaba alegría al verme llegar. Hoy se ha ido el amigo que entristecía al sentir lejos mi presencia. Hoy ha partido el amigo que fue feliz con tan sólo un paseo a mi lado.

No volveré a verlo, no volveré a escucharlo, no volveré a gozar su alegría mientras yo siga aún con vida recordándolo.

Su pequeño rabo se agitará de júbilo al sentir que me acerco y juntos volveremos a pasear en el Jardín del Creador, porque estoy seguro que allá se reencuentran los grandes amigos. Si, allá, porque también allá van los perros, y lo sé porque hoy he visto titilar las estrellas con los brincos de plata de mi ¡Mejor Amigo Puppy!".

Pequenas_especies@hotmail.com

  Por: MVZ Francisco Núñez González

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