Personajes en la historia de México

NÚMERO 48 DE LA SERIE

ARTíCULO NO. 1820

MI OBRA INÉDITA: "LA INDEPENDENCIA Y LOS PRESIDENTES DE MÉXICO". 69 LIBRITOS RECOPILADOS EN XIII TOMOS, CON 6190 CUARTILLAS, 655 FOTOGRAFÍAS, 79 MAPAS Y DOCUMENTOS Y LAS FOTOGRAFÍAS DE LOS DIPUTADOS CONSTITUYENTES DE 1917. Es como sigue:

En parte del prólogo, escribí:

"Los hechos históricos son tan abundantes y los diversos puntos de vista de los que escribimos, son tan heterogéneos, que nunca se terminan de escribir. Siempre surgirán nuevos datos y documentos de viejos archivos que aportarán nuevas luces.

"La verdad absoluta en el conocimiento humano, NO EXISTE. Cuando el historiador aporta la riqueza de sus investigaciones, se encuentra con que a veces, sobre un mismo suceso, hay diversos puntos de vista. Los hechos sucedieron, pero el narrador tiene diferentes ángulos de visión.

Por ejemplo, la PARTE de una batalla que rinde el Jefe de los vencedores, es muy distinto al que rinde el Jefe de los vencidos. Siempre aducirán mayoría numérica del ejército o de armamento del enemigo, o minoría, según el lado en que esté. Lo importante es que siempre se van modificando y conociendo datos que estaban en el polvo de los archivos, y en el caso de la historia, entre más documentos o libros se estudien, más rico será el contenido de la obra y el lector tendrá más elementos para normar su propio criterio y forjar su VERDAD.

"Hace 42 años (esto se escribió en 1996), en 1954, me vino la idea de escribir una obra sobre los Presidentes de México. La idea era descabellada para un escritor novato, y el tema tan difícil, máxime si se toma en cuenta que existen en el país hombres con la preparación adecuada y los medios necesarios para escribir tal obra, de hecho, muchos han escrito sobre los Presidentes de México. Unos en obras individuales y otros en obras colectivas. Pero las obras que abarcan a todos los presidentes, generalmente son muy condensadas, como la de Covarrubias, la de Manuel García Purón, la de Magdalena Mondragón en tono jocoso, los hombres ilustres mexicanos de IGNACIO MANUEL ALTAMIRANO y un grupo de escritores, etc.; aunque todas ellas muy útiles para obtener de inmediato algunos datos elementales.

"Mi idea fue distinta: La de documentar al máximo, UNA OBRA MÍNIMA, de 9 tomos (resultaron XIII). Digo mínima en su extensión, si se toma en cuenta que serían necesarios cientos de volúmenes para abarcar casi todo sobre esos importantísimos personajes que manejaron las riendas de su país.

Simplemente puedo ver mi biblioteca, parte del ARCHIVO DEL GENERAL PORFIRIO DÍAZ, que está contenido en 19 tomos.

"Fue en 1954, cuando puse manos a la obra. Empecé a girar cientos de cartas a diferentes personas: Gobernadores, diplomáticos, escritores, presidentes municipales, archivos parroquiales, de registro civil, etc., en solicitud de datos y documentos relacionados con determinado presidente. La mayoría de esas cartas se perdieron en el vacío, pero por lo menos el uno por ciento fructificó, y con eso estoy compensado, pues he podido reunir a lo largo de 42 años, muchas actas de nacimiento de los personajes de esta obra, hojas de "SERVICIOS" del Archivo de Cancelados de la Secretaría de la Defensa Nacional, de los presidentes que fueron militares. Documentos inéditos de algunos archivos particulares y de museos, cuyos originales regresaron a sus dueños; obras pequeñas locales de alguna entidad de la República y poco conocidas, etc.

"También empecé a recorrer el país aprovechando cada año mis vacaciones, revisando archivos, bibliotecas públicas; visitando panteones y tomando personalmente fotografías de las tumbas de los presidentes muertos y cuyos restos están localizados, pues hay varios que se ignora el lugar de su reposo final. Visitando monumentos y lugares históricos. Estas investigaciones deberán considerarse como una pequeña aportación para el mejor esclarecimiento de nuestra historia, puesto que me ha dado oportunidad de aclarar algunas dudas y errores. Por ejemplo, un historiador dice en su obra que los restos del General Anastasio Bustamante, están en el Panteón de San Fernando en México, y desde luego, NO ESTÁN (1956), sino en la bóveda de la Parroquia de San Miguel de Allende, Gto., a donde los fui a localizar, después de las investigaciones necesarias...", etc.

  Por: José León Robles de la Torre

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