Siglo Nuevo

Peter Zumthor

Arquitectura de la memoria y de la observación

Capilla de San Benedicto (Suiza, 1988). Foto: Felipe Camus

Capilla de San Benedicto (Suiza, 1988). Foto: Felipe Camus

JESÚS TOVAR

Zumthor, arquitecto suizo de 73 años fue el ganador del prestigioso premio Pritzker en 2009. Sabe que la arquitectura es un “proceso de amor” que le ha permitido ser amigable. Quiere por sobre todas las cosas siempre sacar algo nuevo que nos haga a todos sonreír. Para lograrlo, hace uso correcto de una variedad de recursos que ha venido acumulando en un período de formación único. Sin duda alguna, su obra se ha vuelto una aportación irrepetible en la arquitectura de Europa Central y del mundo.

Peter Zumthor nació el 26 de abril de 1943 y fue hijo del ebanista Oscar Zumthor. Se formó como ebanista de 1958 a 1962. De 1963 a 1967 estudió en la Escuela de Artes, Vorkurs y Fachklasse e hizo estudios adicionales en el diseño en el Pratt Institute de Nueva York. En 1967 fue contratado por el cantón de los Grisones (Suiza) en el Departamento para la Preservación de la Memoria de Trabajo como consultor de la construcción, de planificación y analista arquitectónico de los pueblos históricos. Realizó con ellos algunas restauraciones.

Estableció su propio estudio en 1979 en Haldenstein, Suiza, donde sigue trabajando con un pequeño grupo. Zumthor está casado con Annalisa Zumthor-Cuorad y tienen tres hijos, Anna Katharina, Peter Conradino y Jon Paulin. Tiene dos nietos. Desde 1996 ha sido profesor en la Academia de Arquitectura de la Università della Svizzera Italiana, Mendrisio. Ha sido profesor visitante en la Universidad de Southern California Institute of Architecture y SCI-ARC en Los Ángeles en 1988, en la Technische Universität de Munich en 1989 y en la Graduate School of Design de la Universidad de Harvard en 1999.

Sus numerosos premios incluyen el Praemium Imperiale de la Asociación de Arte de Japón en 2008, el Premio de Arquitectura Carlsberg en Dinamarca en 1998 y el Premio Mies van der Rohe de Arquitectura Europea en 1999. En 2006 recibió la Medalla de la Fundación Thomas Jefferson de Arquitectura de la Universidad de Virginia. La Academia Americana de Artes y Letras le otorgó el Premio Memorial Brunner W. Arnold en Arquitectura en 2008.

LA ESENCIA

Bosques, rocas, manantiales, caminos que serpentean, tejados alpinos, piedra viva, nieve atrapada en los picos, agua que corre y ramas que se mueven con el viento, conforman el mundo en el que vive, en el que respira el arquitecto; esta es la Suiza de Peter Zumthor, un hombre con una alma profundamente sensible y que aquí ha encontrado su hogar. Desde ahí nos maravilla con obras de gran calidad, casi paranormales, atemporales e implacables que como una torre de piedras apiladas, sólidas y eternas serán muy difíciles de mover.

Peter Zumthor es un personaje único, gracias a él, muchos saben que existen diferentes tipos de silencio en arquitectura, no solamente uno. Es el arquitecto de los silencios. Más que arquitecto, Zumthor es un profundo pensador. Inquieto filósofo que busca encontrar las razones primigenias de lo que sucede en su entorno, investiga y aprende como lo hace un niño. El espectro de su preparación ha sido muy amplio y abraca desde sus modestos inicios como aprendiz de ebanista hasta estudiar en las mejores universidades Estados Unidos y obtener el prestigioso Premio Pritzker. Es un hombre completo, es un hombre que sabe identificar y utilizar los valores del mundo intangible de la arquitectura como todo un genio.

PROCESOS CREATIVOS

Le gusta hablar mucho y reflexionar con tiempo cada uno de sus pensamientos, se le entiende poco lo que dice, pero cada una de sus ideas son revolucionarias, es un arquitecto fuera de serie. Además es un hombre anclado en su tierra pero con una obra universal. Dice que su vida cada vez es mejor y no es de dudarse. El éxito y la comprensión de su obra avanzan de manera lenta pero segura en esta realidad del caos.

Desde el comienzo de su carrera supo que era necesario “abrir la puerta” y lograr ser un arquitecto de altos vuelos con trabajo arduo. Todos se sorprenden cuando habla de escuchar “el sonido del paisaje”, cuando lo hacen sus cinco sentidos ponen atención a lo que sucede en el sitio de manera que su lectura lo hace un verdadero maestro de una arquitectura proyectada en el sitio y no creada en la comodidad del ordenador. Camina, recorre, olfatea, sube, baja, identifica elementos, define, hace sus bocetos y finalmente su magia aparece. Durante algunos de sus recorridos por el bosque alpino él habla de encuentros con “sombras negras bellísimas”.

Zumthor tiene un “tercer ojo” con el que percibe más allá de lo que normalmente captaríamos de un vistazo. Su alma tiene y ha desarrollado una alta y refinada sensibilidad. Por ejemplo, cuando le preguntan que si necesita el sonido para ser creativo, él responde que “en parte”, porque también valora el murmullo de las ciudades, su ruido controlado también puede ser detonante de proyectos. Sus respuestas son siempre inesperadas, polémicas e inquietantes.

Por otro lado, define su oficina como una “granja de arquitectura”. La clase de un maestro a la manera antigua dice él. Trabajan todos juntos como una familia aunque son de diez diferentes países del mundo. Su granja es el estudio Peter Zumthor, en Halderstein, Suiza. Este conjunto de personas seguramente producirán un cúmulo de obras que nos deleitarán que no hemos visto y ni siquiera nos hemos imaginado. Todo esto en medio de la naturaleza de este bello país. El pueblo donde se encuentra el estudio no es un desarrollo urbano importante, viven en su “agujero”, dice él. Como si trabajara fuera de la actividad humana, Zumthor, crea sus proyectos dentro de una madriguera. Si se es artista como él, la soledad de los lugares apartados son los mejores sitios para encontrar sus soluciones definitivas. En su despacho está rodeado de juventud, de libros, de tranquilidad y de naturaleza indomable. En su desempeño profesional dice que no necesita los comentarios de los demás. Esto no surge de una actitud de soberbia o de un “ego de arquitecto” súperestrella. Es una actitud que viene de su amplia experiencia y de la seguridad que tiene en sí mismo y en sus ideas.

Otro don que tiene es su “sentimiento por el lugar” que es una cualidad innata y que le parece muy fácil el sentirlo, se le da en automático. Este sentimiento lo capta en el sitio, estando ahí físicamente, es su flecha, es su brújula que le permite definir al detalle el resto de un proyecto arquitectónico. Zumthor, un aprendiz que “siempre está interesado en todo”, nunca se aburre. No solamente le interesa el arte, le interesa todo. Sus intereses se incluyen por sí mismos en su vida o a veces son cambiantes. A su avanzada edad todo lo sigue descubriendo, todo lo sigue aprendiendo, todo lo sigue inquietando, todo lo sigue divirtiendo. Por eso ha alcanzado un desarrollo profesional e intelectual meteórico. Por una hambre y curiosidad por aprender insaciable. Sus análisis no incluyen analogías y de todo aprende. Abarca muchos campos del conocimiento, incluso fuera de la esfera de la arquitectura. Su proceso personal de trabajo se basa en poner a funcionar su intuición para luego generar imágenes que finalmente le harán llegar a proyectos reales (y que generalmente nunca se han visto antes). Él provoca conscientemente que su corazón o su cerebro generen esas imágenes que luego se vuelven inolvidables para todos nosotros. Zumthor sabe que hay que conocer profundamente el paisaje, sabe que el proyecto se debe alimentar de los conocimientos de las personas y sabe que debe agregar su propio conocimiento para resolver al mismo tiempo todas las trampas de la arquitectura de la obra que aborda. Peter Zumthor se siente fuerte en varias artes que se mezclan con la arquitectura. Por ejemplo, el arte del dibujo, el arte de fabricar muebles, el arte de las carreras de coches, el arte de la construcción de un edificio, el arte de la creación de espacios, el arte de la literatura y muchas más. Sabemos que su alcance es mucho mayor. Vale la pena recordar que el de arquitecto es un oficio generalista, es decir, que busca saber de todo. Zumthor ha entendido profundamente lo anterior y lo aplica muy bien en su vida profesional. Sabe también que debe de tomar sus decisiones con toda dignidad y que debe de tener devoción por un trabajo tan noble y agotador como el del arquitecto. Por todo esto Zumthor no es un arquitecto del montón.

REFLEXIONES

Cuando le preguntan sobre remodelaciones históricas comenta que hoy su proceso creativo hace que nuevas formas surjan de las viejas. Se puede seguir trabajando sobre algo que ya está construido en lugar de trabajar remodelaciones “por contraste” como se hacía en los años sesenta o setenta. Los edificios contienen signos que nos evocan algo y el edificio no puede prescindir de su entorno. Siempre hay un entorno mental, un entorno biográfico y un lugar histórico involucrados que hay que analizar con detenimiento. Las huellas de las historia se almacenan en la topografía de un pueblo, de un paisaje o de una ciudad. Todo lo anterior Zumthor lo conecta y con esto hace verdadera arquitectura. Si un arquitecto puede trabajar con las cosas viejas y tiene éxito, será más fácil tener éxito con las cosas nuevas.

Algunas características adicionales de su forma de abordar un proyecto se fundamentan en una llamada filosófica, en una aproximación fenomenológica, no va con ideas preconcebidas y se encuentra siempre abierto a ideas frescas.

En cuanto a su proceso creativo utilizado en su estudio. Estos son los pasos que él y su equipo de trabajo siguen: “Mirar primero (primera mirada)”, “Decir algo primero (nos sentimos primero)”, “Pensar en ello (confiamos en nuestros sentimientos)” y “Densificar al final (analizar después)”.

Cuando habla de la casa nos dice: “La casa o el hogar debe de ser como una buena pieza de vestuario que debe de estar bien hecha y te mantiene tranquilo, ya que tienes un lugar a donde regresar. Por lo que todo arquitecto que hace un hogar y que lo haga no solamente para ganar dinero, sino para ofrecer un buen trabajo con un propósito, vale mucho. Aquí radica la importancia social de la arquitectura”.

Correo-e: jatovarendon@yahoo.com

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