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"LOS ANTIPAPAS"

Arturo Macías Pedroza

Por moda, por distinguirse, por salir del anonimato, por mal informados, por darse aires de ir contra la corriente o de intelectuales, por mantenerse fieles a sus posturas, por defender el laicismo mal entendido, porque que se es ateo (gracias a Dios)…, por muchas otras razones hemos encontrado en varios ambientes a algunas personas que critican la visita del Papa a México; pero los verdaderos antipapas, son los que van en contra de sus ideas de transformación del sistema individualista neoliberal, de su propuesta de liberación de la esclavitud del consumismo, de su interés por los "descartados" y por la ecología global. Podrán ser altisonantes los primeros y dañar los castos oídos de pías almas, pero los segundos son más antipapas. No porque ofendan al Papa (que parece que no le afectaría tanto una vituperio, dada su humildad manifiesta), sino porque sus propósitos e ideales de transformación son incomprendidos, detenidos, ignorados, combatidos.

Muchas veces los detractores de la Iglesia (o de su representante máximo), buscan en realidad un mundo mejor, alejado de fanatismos, hipocresías, manipulaciones y otros errores que, justificada o injustificadamente, atribuyen a una religiosidad que en realidad dista mucho de ser la práctica auténtica que precisamente el Papa está promoviendo. El año de la misericordia que ha sido proclamado por el pontífice, no es sino la llamada a manifestar con un amor auténtico y efectivo, la fe que nace de la experiencia de un Dios misericordioso; un regreso a la auténtica fe. Sin que se niegue que puede haber también otros motivos mezquinos en algunos "comecuras", hay muchos que al final de cuentas coinciden con los propósitos de renovación y búsqueda de un mundo mejor, que el Papa Francisco está promoviendo.

¿En dónde están sus verdaderos enemigos? No son pocos; incluso pueden traer muy buen camuflaje adulándolo, gritándole vivas, o bien ignorándolo y continuando en la dirección contraria al cambio que está pidiendo. Entre ellos están los desesperanzados que han abandonado toda lucha, los decepcionados que ya no creen en nada, los resignados a su suerte. También son enemigos sin saberlo los que no conocen el proyecto que trae entre manos el Papa y ni lo quieren conocer; enajenados sin ver la realidad mundial, nacional y regional, que demanda urgentemente el compromiso social, van por el mundo esperando un milagro sin tener nada de fe ni hacer nada para que suceda.

Más explícitamente en contra están los que pretenden opacar con artimañas la visita papal, rodeándola de trivialidades y convirtiendo el acontecimiento en algo puramente mediático; maquinaria comunicativa al servicio de una maratónica cobertura manipulada y comercializada. Finalmente están los que han comprendido el proyecto y la intensión que tiene el prelado y saben que son los responsables de la injusticia, la contaminación la corrupción y la impunidad, y quieren a toda costa acallar sus palabras, sus signos y su presencia misma. Beneficiarios privilegiados de la injusticia están dispuestos a todo para no perder las canonjías ganadas y ven en las ideas papales un peligro para su poder.

Otros enemigos del Papa, que no son los menos ni los menos peligrosos, son los que creen que la situación está bien. Los poderes fácticos que tienen el control de los medios masivos de comunicación han hecho creer a la gran mayoría que no hay otras opciones; que la situación no tiene remedio. Mantenidos en una falsa ilusión del "mañana" apoyada por la informática que es desinformática y anti-informática, pierden toda posibilidad de discernir con sabiduría los valores, ya que éstos sólo se convierten en tales si los razonamos. Incapaces de cambiar las costumbres, hemos perdido el instinto de supervivencia y nos encaminamos a un suicidio masivo. Nuestro gran reto para el futuro es despertar a los valores y ahí es en donde la visita papal puede iluminar las conciencias.

¿En dónde están entonces los "amigos" del Papa que lo pueden ayudar? Paradójicamente son los derrotados, los caídos, los que ya no tienen fuerzas para levantarse, las víctimas del sistema, los pobres, los ignorantes, los esclavizados de varios tipos. ¿Los más débiles? Sí, pero a la vez los que más necesitan el cambio. Ellos serán los primeros beneficiarios del mensaje del obispo de Roma. Son ellos los que, desde su insoportable situación, podrán ser los que estarán dispuestos a realizar concretamente el proyecto de una nueva realidad que haga caer el neocapitalismo. Con el Papa los antes "descartados" tiene la capacidad de hacer sentir que valen más que el dinero; puede también humanizar el poder para poder luchar contra este clamor de muerte que ya es insostenible. Un pueblo preparado es más poderoso que un ejército y podrá liberarse de la tiranía del consumismo, estructuralmente perverso. Da más fuerza sentirse amado que poderoso y el Papa Francisco está dando al pueblo mexicano la experiencia de sentirnos amados por Dios.

Pero no son sólo los emigrantes o los que no tienen trabajo los que pueden ser amigos del Papa y de su proyecto renovador. "La casa común" está necesitándonos a todos porque la situación nos afecta a todos. No se trata de ser papistas o antipapistas sino de construir con esfuerzo y unidad una nueva realidad.

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