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EMERGENCIA AMBIENTAL GLOBALIZADA

Arturo Macías Pedroza

"Todo lo que se necesita para que triunfe el mal es que los hombres buenos y las mujeres buenas no hagan nada" Edmund Burke.

¿Alguien puede pensar acaso que la crisis ambiental de la Ciudad de México la semana pasada y de la cual hemos sido testigos por los medios de comunicación, es privativo sólo de ellos? La Laguna se encuentra entre las regiones más contaminadas en el mundo como parte de toda una crisis ecológica mundial; todos nos encontramos en la misma navecilla que se llama Planeta Tierra y las consecuencias de una crisis ecológica global se están dejándose sentir en todos lados. La historia de la humanidad está viviendo una situación inédita.

Cuando se habla de crisis ecológica globalizada, no se refiere sólo a la falta de plantas o del calentamiento del planeta, sino a las consecuencias que estamos viviendo en todos los niveles y áreas de la civilización. Esto incluye el crecimiento de la pobreza, del desempleo, de la migración, de la corrupción, de la injusta distribución de los bienes; es decir, de la explotación del hombre y su medio ambiente entendido desde esta perspectiva amplia de relaciones sociales, políticas y económicas. Las consecuencias se dan en todo el planeta y nuestra Región Lagunera no es la excepción.

Definitivamente ha llegado la hora de cambiar una mentalidad generalizada de explotación como parte de un sistema socio económico con influencia mundial que se basa en la producción y el consumo (neoliberalismo-capitalismo) y cuyos objetivos no se orientan al bien común y a un desarrollo humano, sostenible e integral, sino sólo la explotación de los recursos; esto provoca el deterioro del medio ambiente y de la calidad de vida de gran parte de la humanidad. Hacer este cambio implica ir contra una inercia. No es fácil cuestiona nuestras categorías tradicionales. El principal obstáculo a vencer será nosotros mismos.

La insostenible situación que está afectando a todos los que estamos viviendo en este planeta y que estamos ya sufriendo las consecuencias negativas de esta mentalidad, exige la participación social y política de todos en forma concreta, decidida, eficaz, organizada, inteligente, comprometida y que haga actuar a todos sin excepción. Algunos aún recuerdan cuando en el 68 el río Nazas amenazaba con inundarnos, por el riesgo de que se reventara la recién terminada presa del Palmito. ¿quedó alguien inactivo? Hasta llenar costales con arena requirió de muchos y todos hicieron algo para enfrentar la situación.

La crisis ambiental que ahora estamos viviendo es aún mas grave, y exige de todos un compromiso que implica cambios verdaderos de actuación, de criterios, de políticas y de acciones. Compromisos comunes, serios y continuos, renuncias, sacrificios, superación de divisiones, soluciones radicales y dolorosas para otros y para uno mismo. Esto quita tiempo y requiere salir de la cómoda apatía e irresponsabilidad de quienes dejan a otros la tarea de decidir su destino. Nunca como ahora fue tan necesaria la participación. En la Ciudad de México vemos las consecuencias de decisiones erróneas basadas en intereses mezquinos y de poco visión a futuro y poco interés por el bien común, pero La Laguna a su manera tiene también graves errores de planeación y de organización por el desinterés de todos. Autoridades y ciudadanía hemos fallado en construir una Comarca Lagunera para todos. Encerrados en nuestros pequeños mundos nos hemos olvidado que la región es una "Casa Común" que requiere proyectos, cuidados, atención y participación. Buscar responsables y dar soluciones que superen intereses particulares o de grupos es un imperativo inaplazable. Hacer los cambios necesarios en autoridades, políticas y proyectos tampoco se puede dejar para después.

Las próximas elecciones son una gran oportunidad de participación para hacer que los ciudadanos vayan más allá de superar el abstencionismo y pasen a una razonada votación y luego a una activa exigencia de rendición de cuentas, de participación en al elaboración de políticas públicas, en el seguimiento de proyectos y en la evaluación de actividades, para demandar mayor eficiencia y transparencia y superar los grandes niveles de corrupción.

Un gran reto será superar las grandes deficiencias en el transporte público, para comunicar a la Región Lagunera que tiene grandes distancias. Los padres y madres de familia pasan mucho de su tiempo, que debería ser para sus hijos, en camiones lentos incómodos, inseguros e ineficientes. El uso del auto particular no es una opción ecológica válida como no lo fue para la ciudad de México. El monopolio de medios de transporte, debe dejar lugar a proyectos que den prioridad al interés público. La promesa de campaña del presidente Enrique Peña Nieto de mejorar el transporte ha sido detenida por intereses particulares, autoridades despreocupadas por el interés público y habitantes sin ciudadanizar. Proyectos laguneros a largo plazo tienen que estar sobre intereses particulares, partidistas o de entidades federativas diferentes. ¿podrá la ciudadanía exigir a las autoridades acciones conjuntas que superen esta problemática?

Una mañana calurosa de domingo en el parque Victoria de Lerdo, se encontraba una estudiante conocida que estaba empeñada en la promoción de la democracia y ese día participaba en protestas y propagandas; al preguntarle por qué le gustaba hacer eso su respuesta fue contundente: "¿Apoco cree que me gusta? No me gusta levantarme temprano en Domingo y ver la cara de apatía de la gente para tratar de convencer a algunos de nuestros principios democráticos y de participación, ¿Acaso creen que me gusta asolearme y cansarme? ¡Claro que estaría mas a gusto en mi cama o haciendo cosas que necesito para mi escuela! Pero esto lo tengo que hacer y lo tendrían que hacer todos". Tenía razón. La falta de participación es ya un verdadero pecado grave de omisión, es hacernos cómplices, responsables y víctimas a merced de nuestro propio inactividad. Culpables por permitir la manipulación política, la corrupción, la impunidad, la falta de claridad en el gasto público, el deterioro de nuestro entorno y de la creación de pobreza y explotación. Es tiempo de ejercer una verdadera democracia: El poder del pueblo para el pueblo y no sólo para unos pocos.

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