SE SACÓ LA RIFA DEL TIGRE
Esta frase se dice cuando alguien creyendo haber tenido fortuna, le toca algo que no es bueno. ¿Te imaginas que harías si te sacaras un tigre en algún juego? No es precisamente un lindo gatito casero. La competencia por ganar gubernaturas, diputaciones o alcaldías parece la búsqueda del premio gordo de la lotería. Pero a cambio de ello, a cualquiera que tome las riendas de la autoridad y la legislación, les tocará lidiar con un pueblo harto de la corrupción, hambriento, sin trabajo, desesperado por la violencia y la impunidad. El lindo gatito che había sido fácil de manejar con un pellejo, ahora se ha organizado. El repunte en La Laguna de asociaciones, organizaciones y grupos es el despertar de esta fiera que aún no sabe que es capaz de vencer la poderosa estructura del poder dominante. La prueba de que pueden ser controlados y del miedo que le tienen al tigre, es la actitud que tienen ante la gente con motivo de las elecciones. Con avances y retrocesos los procesos están en manos de los ciudadanos. Son ellos los que cuentan los votos en las casillas. Es el momento más vulnerable de la tiranía disfrazada de democracia.
Pero el poder de este felino llamado participación ciudadana, no se reduce a las urnas; antes, durante y después de las elecciones la ciudadanía está siendo consciente de su poder. No se conforma ya con el poco espacio que la jaula de la corrupción le deja. La fuerza proveniente de los valores que le concede una cultura sabia de la cual se nutre, está regresándole la convicción de que es capaz de romper las rejas y cadenas que lo contienen. Control de gastos, exigencia de transparencia, propuestas de políticas públicas, acceso a las candidaturas, protestas y todo lo que la iniciativa de un pueblo participativo puede dar. La participación, sin embargo, no es fácil pero hemos comprendido que es urgente.
Una juventud creativa que se está liberando de los medios televisivos por el contacto con otras fuentes de información se está siendo parte del despertar de este tigre llamado "participación social". Los pobres y marginados son también una gran fuerza por los valores espirituales que le mantienen la esperanza y los lanzan a las acciones individuales y organizadas. No obstante el cinismo de la mayoría, se cuenta también con algunos que incluso dentro del sistema del poder y la opresión, han descubierto el maquiavélico mecanismo de muerte y ya no quieren ser parte de él.
La desventaja que podría parecer el que la Comarca Lagunera sea multicultural, multi-urbana y biestatal, extensa y dividida por ríos, vías y canales de riego, se está convirtiendo en un valor en pro de la unidad y la participación, pues al darse cuenta la población de la ineptitud e incapacidad que tienen las autoridades para resolver los problemas comunes de todos los laguneros (agua, transporte público, puentes, vías de comunicación, seguridad, etc.) está hermanando grupos de diversa índole y de todos los puntos cardinales laguneros en proyectos comunes que buscan dar respuestas concretas a esas problemáticas comunes. Ante el desinterés por el bien común de quienes debería tenerlo como primordial objetivo, las asociaciones y grupos variados están limpiando, reforestando, rodando, moreleando... y sobre todo ventaneando la ineptitud y la búsqueda de intereses mezquinos y egoístas de algunos cuantos. (No han podido ponerse de acuerdo para rehacer un puente en el Nazas).
Las diócesis de Torreón y de Gómez tienen también aquí una tarea por realizar, dada su vocación de servicio a la comunión. Es cierto que ya hay acciones conjuntas de Cáritas, del Grupo Interdiocesano por la Paz, de Pastoral por la Vida, de diálogos con los pastores de las diversas iglesias cristianas de la región, pero falta aún mucho. También hay eventos de devoción o formación que trascienden las fronteras tenues de las diócesis y parroquias con centros educativos, de servicio y de oración por parte de religiosos y laicos en varias partes de la comarca. Sin embargo es aún muy poco y el trabajo social y de comunión aún deja mucho que desear. La fuerza de los fieles laicos de los diversos grupos tienen también aquí un deber de participación siendo factor importante en las actividades regionales de participación ciudadana y creando ellos mismos iniciativas que integren a todos en proyectos comunes. No es poco el poder de la religión como motor que nos libera del egoísmo y nos lanza al servicio y a la búsqueda del bien común y del amor efectivo. La fe purifica intenciones e impulsa a la acción desinteresada. En un tiempo en que "el tigre" de la participación ciudadana está perdiendo la esperanza, la solución no es promover la fe sino dar testimonio con la caridad.
La escasa popularidad que tienen las autoridades nacionales y regionales debido a la conciencia de la ineficiencia de instituciones gubernamentales y empresas paraestatales a nivel nacional, y de modo similar; la ineficiencia de organismos estatales y municipales en ambos lados del Nazas; el descubrimiento de escándalos de corrupción a todos los niveles sin ningún viso de regresar lo robado, corregir el error o encarcelar a los corruptos, todo esto motiva al "tigre" que son los laguneros a tomar las riendas de la situación que es ya insoportable.
Las consecuencias del letargo de este tigre lagunero no se limitan a problemas financieros; el olor a sangre lo ha despertado; pero no es la sangre de una posible presa, sino su propia sangre y la de sus crías. Sangre que clama al cielo pero que también él es culpable: desaparecidos, accidentados, quemados, muertes por ineficiencia, por corrupción, por apatía, por falta de participación, por no saber reclamar, por dejar a otros decisiones que eran nuestra responsabilidad. También el tigre tiene manchadas sus garras de sangre inocente.
Después de un difícil discernimiento tendremos que elegir con responsabilidad a nuestros representantes y funcionarios. Pero tendrán que vérselas con una sociedad que ha despertado. ¿Quién se sacará la rifa del tigre?
Piensalepiensale@hotmail.com