Columnas Social columnas editoriales SOCIALES

Piénsale, piénsale

Arturo Macías Pedroza

TERESA DE CALCUTA, TERESOS DE LA LAGUNA

En medio de un mundo, de un país y de una región con tantas necesidades y problemas, la canonización de una mujer misericordiosa, es una llamada a poner nuestro ojos en la solución efectiva y concreta de los que sufren. Al recibir el Premio Novel de la Paz, que Santa Teresa hubiera querido rechazar, y que sin embargo aceptó "en nombre de los pobres, de los hambrientos, de los enfermos, de los abandonados", estaba poniendo nuevamente ante nuestros ojos la miseria humana, que, por todas partes, sigue creciendo. Innumerables reconocimientos y honores que le habían sido concedidos, los aceptó humildemente porque entendió que podían ser de ayuda para los pobres, convencida de ser sólo un instrumento en las manos amorosas de Dios.

Hoy domingo, el Papa Francisco pone en la lista oficial de santos de la Iglesia Católica a la Madre Teresa de Calcuta, dentro de la ceremonia de canonización en la plaza de San Pedro, ante más de 100 mil peregrinos y 600 periodistas de todo el mundo. Este evento es una oportunidad para mostrar a la Madre como un ejemplo de santidad. Ella siempre nos animó a orar y a trabajar para alcanzar la perfección; todos podemos ver en la Madre Teresa lo que significa ser santos y tratar de crecer plenamente como humanos. La canonización de hoy es un evento para todos; "es un regalo para el mundo entero y para cada persona". Así ella se convierte en un ejemplo de que la santidad es el proyecto de toda persona y no sólo de unos cuántos.

Teresa de Calcuta es una santa de nuestros tiempos. En cierta ocasión en México, un conocido personaje de noticias, le preguntó en su programa: "¿Qué opina que la gente anda diciendo que usted es una santa?". Ella en vez de negarlo con modestia, como se esperaba, le contestó: "!¿Y eso qué tiene de raro? ¡Todos tenemos que ser santos; usted también tiene que ser santo!". Tenía razón. Nos gusta elevar a los santos a las alturas y llenarlos de cualidades "superhumanas" para poder justificar nuestro desinterés y poco empeño por nuestro crecimiento personal.

La canonización de hoy, como parte de las actividades de este Año de la Misericordia, proclamado por el Papa Francisco, hace que la figura débil y pequeña de esta religiosa indú-albanés, se yerga poderosa y gigante, haciendo concreto y vivencial, las obras que el Papa está pidiendo realizar a toda la Iglesia universal como parte de los frutos de esta celebración. Captada en la realidad, con los medios tecnológicos actuales, sus acciones no son historias envueltas en la bruma y pátina del tiempo, la fantasía o la leyenda (como lo han hecho con muchos de los santos de otros tiempos), sino una invitación a compartir su profundo amor por los más pobres; a ser sensibles hacia su legado; a descubrir rostros concretos, en donde para muchos, son simples datos estadísticos de la pobreza o la injusticia. Es el significado ejemplar de los hechos, no por afán de fama o publicidad, sino por la necesidad que tiene el mundo de hoy de testigos ejemplares que respondan a su grito de ayuda.

La Madre Teresa tenía un corazón para cada uno de nosotros, y sabemos que Dios es quien la utilizó para consolar al que sufre, para darle su amor, para traerle su paz, para darle su alegría; ella dijo sí desde el inicio para que, por su medio, Dios mostrara su compasión y su misericordia. Su historia es increíblemente rica y plena. Pero las historias mas bellas, especialmente aquellas que se refieren a personas que buscan servir a Dios y a sus hijos, no se pueden escribir; no se puede encerrar sólo en palabras la vivencia humana y espiritual de Madre Teresa. Ante los pobres no se puede ser sólo espectador, sino abrir el corazón hasta probar el dolor, con un espíritu agradecido a los pobres por haber aceptado ser servidos y amados con confianza ciega, por compartir valientemente lo poco que tienen. (Si estas interesado, Cáritas ofrece un espacio para un amor organizado y efectivo en las diversas parroquias de la Laguna. Llamar al teléfono 7 23 51 55).

La pobreza que vivimos en la región, necesita muchas "Teresas y Teresos de la Laguna", que no sólo colaboren con generosas ayudas y regalos, para hacer posible los proyectos de transformación, sino que instauren un contacto personal, que haga conciencia de la situación de diversos tipos de miseria humana y ayude con naturalidad y afecto. Dios está buscando personas fieles, generosas, humildes, obedientes a Él, con una fe profunda, mediante los cuales Dios realizará cosas tan grandes como las de Santa Teresa de Calcuta.

Leer más de Columnas Social

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas Social

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1259404

elsiglo.mx