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Piénsale piénsale

Arturo Macías Pedroza

GRACIAS TRUMP

El triunfo de Donald Trump es para muchos analistas un gran peligro desde la óptica del sistema neoliberal imperante, no sólo para la economía mexicana, sino estadounidense y mundial. Pero hay que considerar algo fundamental: que "el orden político-económico mundial es homicida, biocida, ecocida y geocida" (Leonardo Boff, 30 octubre, 2016)". Si analizamos los signos de los tiempos más ampliamente, lo que está sucediendo es que este personaje está siendo un catalizador de esa inevitable caída; el sistema está buscando y acelerando su propio fin trágico y fatal.

El Gobierno de los Estados Unidos está en todo su derecho, si quiere deportar a los indocumentados y cumplir las demás amenazas que impulsaron el triunfo de su presidente electo; pero el desequilibrio que traería sería una catástrofe para la economía global. El proteccionismo y nacionalismo son ya temas de otros tiempos. El mundo es una pequeña aldea en la que se hace imposible cortar una flor sin que se mueva una estrella; pero la globalización puede ser humanizada si toma en cuenta el concierto de las naciones como una policromía cultural que enriquece al mundo.

El Papa Francisco nos ha dado a entender esto en su encíclica "Laudato Si'", cuando se declara en contra de un sistema que sólo quiere acumular a costa de la pobreza de las mayorías y de la destrucción del planeta. Lo llama "un sistema anti vida y con tendencia suicida" (op. cit., n. 55).

¿Cómo podemos hablar de la caída de un poder que trasciende los países, para concentrarse unos pocos grupos que tienen el poder real a nivel mundial en todos los ámbitos: militar, financiero, medios de comunicación, político, tecnológico y comercial? Investigaciones recientes muestran que sólo 16 grupos controlan casi todo el comercio de materias primas; 62 familias tienen la misma riqueza que la mitad de la población mundial. Pero estos "monstruos" son vulnerables; Su misma grandeza hace que la caída de uno sólo sea capaz de desequilibrar todo el sistema.

Es aquí donde la oportunidad de cambio está tomando caminos viable. El país es un gigante en otro sentido: la riqueza cultural, poco valorada según las categorías capitalistas, será entonces la aportación que México dará al resto del planeta, no como competencia o venganza de quien juega con las reglas del mismo sistema, sino como la aparente débil fuerza que, sin embargo, trastoca la base de tierra frágil en los que se sostenía el gigante de oro, para inaugurar una nueva manera de relación interior, interpersonal, ambiental y espiritual. Un nuevo sistema.

Su posición estratégica (vecinos) y el haberse convertido en blanco del gigante herido y debilitado, ha despertado la "mexicanidad"; la identidad nacional de un México que es mucho más que su pequeño gobierno y su extendida corrupción. Hablamos de la Patria íntima, leve, cuya unidad "castellana y morisca, rayada de azteca" con voz femenina de nacionalidad, no proclama el consumismo sino que lo desafía con el arma poderosa de la familia, la solidaridad, la alegría, la fiesta, la unión con la madre tierra, que son por esencia "anticapitalistas" porque pregonan valores opuestos al lucro, al consumismo y a la explotación del hermano y del planeta.

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