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VENCER LA INDIFERENCIA

Arturo Macías Pedroza

El final del año 2015 y la llegada del 2016 nos da la oportunidad de hacer y escuchar análisis, críticas y resúmenes del año que ha pasado, y propósitos, planes y pronósticos para este año nuevo. Analizando con profundidad y sabiendo discernir con inteligencia las manipulaciones de la información dada por medios monopolizados y oficiales, descubrimos que los principales problemas que nos aquejan requieren urgentemente de una decisión comprometida por parte de todos para ser más participativos.

La corrupción, la injusticia, la impunidad, la pobreza y la violencia que vivimos, no podrán ser vencidas, si primero no vencemos la falta de compromiso social por parte de todos, pues estos problemas se sustentan en la indiferencia de las mayorías. Los propósitos para superarnos como individuos serán muy importantes (como bajar de peso, dejar de fumar, etc.), pero de poco servirán si seguimos con la problemática que nos está destruyendo a nivel mundial, nacional, regional e individual.

Es por ello que una parte fundamental en los propósitos para este año es crecer en participación social y política, de manera que pueda incidir en los cambios que urge implementar para cambiar la grave situación que no podrá ser transformada sin la intervención de todos. Las personas que originalmente tienen la tarea de llevar adelante las transformaciones necesitan ser presionadas para que cumplan realmente su tarea. Los servidores públicos y los representantes nuestro necesitan serlo verdaderamente y sólo con la presión de todos podrán realizar su función. Colombia y Venezuela y la candidatura independiente en Nuevo León, pudieron experimentar transformaciones gracias a la abrumadora participación.

La cogestión en la cosa pública y el interés por el bien común, que nos corresponde a todos por el simple hecho de ser seres libres y de vivir en sociedad, se hace más urgente ante las situación crítica que se está viviendo y los acontecimientos que se avecinan a nuestra región en el futuro inmediato. Dejar a otros nuestros intereses ha hecho que los otros procuren sus propios intereses y no los del bien común.

Despertar del letargo para impedir a los que detentan el poder de seguir explotando nuestra pasividad es una posibilidad real para este año. Hay signos de los tiempos que llaman a la necesaria participación y que serán coyunturales: las próximas elecciones de gobernadores y alcaldes en Durango y en Coahuila; el surgimiento y fortalecimiento de muchas asociaciones civiles en la región; el desencanto de la población ante el incumplimiento de las promesas; el fracaso de los programas contra la pobreza; la desconfianza en las instituciones, en los partidos y en los políticos; la pérdida del poder adquisitivo; el aumento de los impuestos sin que se vea reflejado en los servicios.

El factor religioso no es menos importante; no sólo porque una auténtica religión es ya transformadora de personas y sociedades, sino además porque la decepción provocada por quienes en otro tiempo se hacían llamar "salvadores" está provocando que la Iglesia sea la única instancia con más credibilidad en México. Con su visita a nuestras tierras mexicanas, la influencia mundial del Papa Francisco, que claramente se ha puesto a favor de los pobres y de la necesidad de un cambio del sistema económico imperante (además de las exigencias de cambio que está pidiendo a la misma Iglesia como institución), tendrá sin duda incidencia en el país y en la Región Lagunera.

Esta incidencia se hará mayor debido a los cambios y transformaciones particulares que se están dando concretamente en las diócesis de Torreón y de Gómez Palacio, actuando en acciones conjuntas y cada una como diócesis.

Es característico de la región, el empuje que los laguneros tienen; las motivaciones de la visita del Papa moverán en direcciones claras esa fuerza. En la Laguna durangueña el nombramiento del nuevo obispo de Gómez Palacio y la implementación de un plan diocesano con características claras de transformación social y de búsqueda de acciones solidarias y transformadoras moverá a muchos a participar. La Diócesis de Torreón también está marcada por una fuerte acción de participación social y acción política y en ella también se avizoran cambios similares. La presencia de otras iglesias en la región, si son consientes de la problemática social que aqueja a todos, podrán sumarse a la acción transformadora y a la necesidad de participación, superando divisiones ideológicas en pro de una Laguna mejor.

Convencidos de que Dios no es indiferente ante nuestras desgracias, no perdemos la esperanza de que 2016 nos encuentre a todos firme y confiadamente comprometidos, en realizar la justicia y trabajar por la paz en diverso ámbitos. Confiamos en la capacidad que tenemos los laguneros de actuar con solidaridad, más allá de la apatía y de los intereses individualistas y de la indiferencia ante la crisis. El sentido solidario no permite cerrar los ojos ante la indiferencia que humilla, anestesia, y ciega. Interconectados e interdependientes nos preocupamos por el bien común, nos preocupamos especialmente de los más frágiles porque somos hermanos, ante los que tenemos una responsabilidad. Fuera de esta relación seríamos menos humanos.

¡Todos necesitamos participar con todas nuestras fuerzas, creatividad y posibilidades en todas los ámbitos en donde nos desenvolvemos.! Que ése sea nuestro propósito principal para este año que inicia.

Piensalepiensale@hotmail.com

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