Los apicultores están muy preocupados. Llevan toda la vida dedicándose al cuidado y reproducción de las abejas para la extracción de miel y nunca las habían visto desaparecer repentinamente.
En el apiario "La Granja", ubicada en San Carlos, de Lerdo, a la entrada hay unas hileras de cajas vacías, son más de 600. Se trata de las colmenas, que justo en esta temporada deberían de estar llenas de abejas quienes, según su ciclo natural, realizarían la labor de polinización de primavera y producirían el dulce néctar.
El propietario, Francisco Salazar, explica que dos meses previos a la llegada de la primavera, las colmenas son preparadas con un núcleo, que es una caja pequeña que se introduce a la colmena (otra caja más grande) con cuatro bastidores llenos de abejas, una de ellas es la abeja reina, quien poblará a la colmena. En dos meses la colonia debería estar lista para la polinización y reproducción de miel, lo que este año no sucedió, pues el 80 por ciento de las colmenas están vacías. Dice que es "una actividad que no se ve, ni se valora, pero que es de suma importancia para todos", pues además de producir miel, polinizan las plantas de los frutos que habremos de consumir.
Pérdidas
La desaparición fue un golpe duro a la economía de los apicultores, quienes estiman en más de 20 millones de pesos por producción perdida, abejas e insumos.