La expropiación de 27 ingenios que hizo el Gobierno federal en 2001 y el largo proceso de venta posterior resultó un pésimo negocio.
Al final, se registró una pérdida de al menos 12 mil 584 millones de pesos, a valor presente, con cargo a los contribuyentes, es decir, el dinero de todos los mexicanos. En todo el proceso expropiatorio se gastaron 23 mil 699 millones de pesos del erario, a precios de julio de 2016; más del doble de los 11 mil 115 millones actuales que recibió por la venta de los complejos que administró y operó.
En septiembre de 2001, el Gobierno de Vicente Fox expropió 27 ingenios azucareros de los cuales 14 tuvo que devolver por mandato judicial, 6 de ellos a la empresa Ingenios Santos.
Los últimos datos públicos disponibles, correspondientes a la Cuenta Pública de 2012 de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), refieren que al 31 de diciembre de ese año el costo fiscal de la expropiación ascendió a 21 mil 320 millones de pesos.
Esa cifra, actualizada a precios de julio del presente año, asciende a 23 mil 699 millones de pesos.