Su Graciosa Majestad la Voz
"Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio, y… coincidieron" por fin, y en plenitud, Guadalupe Pineda y el pueblo lagunero. Porque no sólo se reunieron en la explanada del edificio del Ayuntamiento (mal llamado Presidencia Municipal), los melómanos, damas y caballeros, de Gómez, que fueron muchísimos. Lupita arrastra gente de todos los municipios de la comarca, y más p'allá.
Hermosa, fresca, jovial, pura, como su vestido largo, blanco como la nieve; sobre el que llevaba un abrigo ligero de seda que le daba hasta los pies, de un tono más bello que el cielo, con su forro semejante al color de la hoja de oro, cuello y solapas con bordados en plata y los puños con pasamanería de hilos del áureo metal: una auténtica princesa de los cuentos de hadas, que brilló toda la noche, con más intensidad que los diamantes de sus aretes.
Fue un concierto, en noche tibia, que despertó a los propios ángeles, quienes arrellanados en la hermosa "luneta" de octubre -cuarto creciente- atestiguaron la felicidad que irradiaba nuestra gente, clamando, con atronadores aplausos, al término de cada canción para que la dicha se dilatara infinitamente. Todas las canciones que en el pasado le brindaron "disco de oro", fueron interpretadas con la generosidad de una artista que se debe a su pueblo y que disfruta su cariño y compañía.
Le cantó sus éxitos a Chabuca Granda, Fina estampa; a Juan Gabriel -la obligada- Amor Eterno; a Joan Sebastián, Eso y más, y a Marco Antonio Solís, A dónde vamos a parar. Abordó lo más romántico de los tríos de México, y complació puntualmente las peticiones, que de todos los rumbos del 'teatro al aire libre' le llovieron. Ya casi para despedirse, desbordó: "Esto no debe ser nomás que una canción / quisiera fuera una declaración de amor/ romántica, sin reparar en formas tales / que ponga freno a lo que siento, ahora a caudales…", realmente un himno al amor en la voz de Lupita, este bellísimo poema Yolanda, de Pablo Milanés. ¡Enorme!, como el júbilo que levantó, al brotar de sus labios el primer verso.
Un grandioso inicio, en el renglón cultural, la descentralización de la décima segunda edición del Festival Internacional "Revueltas", que auspicia el gobernador José Rosas Aispuro Torres, a través del Instituto Cultural del Estado de Durango, en conjunto con las presidentas municipales, de Gómez Palacio, Leticia Herrera Ale y de Lerdo, María Luisa González Achem, quienes presidieron el inolvidable acontecimiento que estuvo engalanado por la presencia de la presidenta del DIF estatal, señora Elvira Barrantes de Aispuro y su hija Maricruz, acompañada de su esposo, señor Alfredo Bitar Ruiz, y demás autoridades civiles y militares.
El ciudadano Carlos A. Herrera Araluce, recibe el homenaje de su pueblo
Una hora antes del histórico concierto, a las 19:00 horas, en la Plaza Juárez, sobre su andador perimetral, precisamente en la esquina que forman las avenidas Independencia y Morelos, con la presencia del gobernador José Rosas Aispuro Torres, su señora esposa Elvira Barrantes de Aispuro, la presidenta municipal de Gómez Palacio, Leticia Herrera Ale; el representante del Ejército Mexicano, coronel Simón Salgado Castañeda; diputados federales y locales; la presidenta municipal de Lerdo, María Luisa González Achem, integrantes de los cabildos de los dos municipios, funcionarios federales, estatales y municipales; miembros de la Iniciativa Privada y una numerosa concurrencia de gomezpalatinos, hombres y mujeres, se celebró un acto, no menos emotivo y trascendente, la perpetuación en bronce de la efigie del distinguido ciudadano Carlos A. Herrera Araluce.
La ceremonia de develación del busto estuvo a cargo del gobernador del Estado de Durango, doctor José Rosas Aispuro Torres, quien en su alocución resaltó la gran trayectoria política de quien fuera por dos ocasiones presidente municipal de Gómez Palacio, oportunidades en las que supo interpretar las inquietudes de la población gomezpalatina, dando respuesta puntual a las demandas sociales y dejando una huella imborrable entre su gente, merced a su gran sensibilidad, generosidad y carácter para afrontar los retos, nada fáciles que le depararon dos épocas, que ahora se significan por su brillantez en la historia de Gómez Palacio.
Por su parte, la presidenta Leticia Herrera Ale, agradeció el homenaje en honor de su señor padre, a nombre personal y de su familia, en una breve y emotiva intervención.
Previamente, el diputado Sergio Uribe Rodríguez, desarrolló una amplia semblanza del quehacer social de don Carlos, en beneficio de Gómez Palacio y del estado de Durango.
El comandante Ernesto "Ché" Guevara a 50 años de su muerte
El día de hoy se cumplen 50 años de la muerte del revolucionario, paradigma universal de los jóvenes promotores de los movimientos estudiantiles de los sesentas del siglo pasado, e ícono perenne a través del retrato fotográfico de Alberto Korda, quizá la imagen más publicitada de la historia de la humanidad.
Ernesto Guevara de la Serna, de origen argentino y naturalizado ciudadano latinoamericano y del mundo, por convicción propia de su ideal libertario y antiimperialista, inicia su peregrinaje hacia la inmortalidad en julio de 1955. En esas fechas conoce a Fidel Castro, que acababa de llegar a México, después de ser amnistiado junto con su hermano Raúl y otros 18 participantes en el fallido asalto al Cuartel Moncada del 26 de julio de 1953. Se enlista como médico del nuevo Movimiento 26 de julio que tiene como objetivo derrocar al dictador Fulgencio Batista. La expedición zarpa el 25 de noviembre de 1956 de Tuxpan, Veracruz, rumbo a la Isla con la consigna: "Patria o Muerte".
A partir de su arribo a territorio cubano y hasta el 1 de enero de 1959, en que triunfa la Revolución con la entrada de Fidel y sus tropas a la Habana, se desata una guerra civil en que predomina el apoyo popular a los revolucionarios en contra del ejército de la dictadura, provocando que Batista abandone el país. El ahora comandante "Ché" Guevara, una vez instaurado el gobierno de la Revolución, se desempeña como presidente del Banco Nacional de Cuba, ministro de Industrias, y representante ante la ONU, lo que aprovecha para recorrer el mundo, llevando el mensaje de la Revolución.
En 1965, fiel a su espíritu rebelde, "El Ché", renuncia a todos sus cargos públicos y a su nacionalidad cubana, para continuar en otros territorios la internacionalización de la lucha revolucionaria. En principio, va a defender la República Democrática del Congo, en el continente africano, fracasando en su intento por repetir la experiencia cubana. De allí, pasó a América del Sur, específicamente en Bolivia, donde no culmina su proyecto revolucionario.
"El Ché", fue herido y capturado por el ejército boliviano el día 8 en el cañón del Yuro, y trasladado a la escuela de la comunidad rural La Higuera, donde fue ejecutado al día siguiente, al igual que sus compañeros de lucha, por órdenes del presidente boliviano René Barrientos Ortuño, a instancias de la CIA. "Usted ha venido a matarme", le dijo el intuitivo herido a su verdugo, quien achicado por la entereza del extraordinario ser humano que tenía enfrente, agachó la cabeza sin poder sostenerle la mirada. "Póngase sereno, usted va a matar un hombre" y, acto seguido, el "Ché" Guevara, sereno, se encaminó a la inmortalidad.
P D. Por azares del destino, en dos ocasiones, para este mismo día 9 de octubre, en que escribo esta crónica, 1967 y 2007, he estado fuera de Gómez Palacio, mi querida matria.
La primera, me tomó en la ciudad de Durango, en el departamento, hogar de estudiantes, de Enrique Torres Cabral, acompañado, además, de dos entrañables amigos ya desaparecidos, José Ramón Hernández Meraz y Roberto Aguilar Vera, ambos llegaron a fungir como rectores de la UJED. Al estar reunidos los cuatro, conversando, y enterarnos esa tarde, por la radio, de la muerte de "El Ché", estallamos en lágrimas y nos tomamos tres días de sincero duelo, al estilo de la juventud de aquel entonces. Para solventar gastos se empeñaron algunos objetos y hasta una máquina de escribir Remington.
La segunda, de viaje en solitario por París, Francia. Una tarde decidí ir a conocer la Universidad de la Sorbona. Después de recorrer todos los rincones de la Facultad de Derecho, y hacerme entender con algunos estudiantes, me propuse emigrar. Al pisar la explanada de la Universidad, me encontré con un acto conmemorativo del Cuadragésimo Aniversario Luctuoso de "El Ché" Guevara, organizado por residentes e indocumentados latinoamericanos, maestros y estudiantes, que congregaba unas trescientas personas.
El acto, de inmediato, me hizo recordar la reunión de amigos en Durango-1967. En un kiosco cercano conseguí una postal para dedicársela a Torres Cabral, y recordarle a la distancia aquella triste tarde. Me apoyé para escribir en la plataforma del foro y, curioso, el maestro de ceremonias, se acercó para leer lo que yo escribía. Enterado del contenido, me la solicitó. Y, sin pedirme autorización, leyó su texto en el micrófono, en francés y en español.
Lo que siguió, se resume en lo siguiente: me invitaron a tomar la palabra, como único mexicano presente en el homenaje. El programa era rico en participaciones de artistas, oradores y cuadros folclóricos, representativos de la mayoría de los países del Cono Sur. En mi turno, reproduje hasta donde la memoria me ayudó, un discurso con el que Torres Cabral, ganó el Concurso Estatal de Oratoria de la UJED-1968, en el que armonizó magistralmente la personalidad de "El Ché", con versos de José Martí. Por supuesto, que le di su crédito al amigo, tal cual lo había dejado escrito en la postal y, vaya éxito que, sin despeinarse, logró en la Sorbona. Por ahí, anda el video. Agur.
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