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Populismo y TLCAN

Opinión - Jaque mate

Populismo y TLCAN

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Sergio Sarmiento

Mucho se ha dicho que el sorpresivo triunfo de Donald Trump en la campaña interna del Partido Republicano de Estados Unidos revela el auge del populismo entre los republicanos. Pero este no es un mal que sólo afecta a los conservadores estadounidenses. Si bien la promesa de Trump de construir un muro en la frontera con México es la que más aplausos genera en sus presentaciones públicas, su medida más populista es la de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte o de echarlo para atrás si México (nunca menciona a Canadá) no acepta darle un trato preferencial a Estados Unidos.

Este populismo, sin embargo, no es una posición sólo de Trump. Hillary Clinton también ha rechazado el TLCAN. Si bien su esposo, Bill Clinton, fue el presidente que firmó el acuerdo comercial el 8 de diciembre de 1993, el cual había sido negociado por su predecesor, George Bush padre, Hillary ha decidido rechazarlo quizá por razones políticas, para obtener el respaldo de los sindicatos que rechazan el comercio libre, o quizá por convicción. Hillary apoyó el TLCAN cuando su esposo lo firmó en 1993, pero posteriormente lo cuestionó y afirmó que la decisión había sido de Bill pero no de ella. Bill Clinton fue, de hecho, un presidente pragmático, mientras que Hillary ha sido siempre más populista.

En México Andrés Manuel López Obrador es el político que más rechaza el TLCAN. En 2014 cuestionó la “propaganda” de las estadísticas y declaró que el tratado sólo provocó estancamiento, desempleo y pérdida de bienestar.

El rechazo del TLCAN, sin embargo, sólo se puede entender si la ideología vence a la información. Los objetivos del acuerdo eran promover un mayor comercio entre los países signatarios -México, Estados Unidos y Canadá- y aumentar las inversiones productivas.

El TLCAN ha sido un éxito en estos objetivos. El comercio entre los países norteamericanos ha aumentado cuatro veces desde la entrada en vigor del acuerdo el 1 de enero de 1994. Los beneficios para México han sido especialmente importantes. Las exportaciones no petroleras mexicanas (hay que recordar que el petróleo está fuera del acuerdo) pasaron de 53 mil millones de dólares en 1994 a 318 mil millones en 2012. Las ventas mexicanas nada más a la región de Norteamérica crecieron 572 por ciento. El déficit comercial tradicional de México con Estados Unidos se ha transformado en un superávit notable.

Pero el TLCAN no sólo ha beneficiado a México. El comercio genera siempre una mayor actividad económica y una mejor distribución de productos por lo que al final beneficia a todos, tanto a vendedores como a compradores. El primer beneficio es que los consumidores tienen acceso a mejores productos a un precio más bajo. Pero además el TLCAN ha generado más de seis millones de empleos en Estados Unidos y cuando menos un millón en México. Los segmentos de la economía mexicana que más han crecido en los últimos 20 años son los que están relacionados con el comercio internacional.

Estas cifras, sin embargo, poco importan a los políticos populistas. Trump, Hillary y López Obrador se oponen al libre comercio porque quieren llegar a la presidencia de sus respectivas repúblicas. Y la forma más fácil de hacerlo es acusar a los extranjeros y al comercio de todos los males de la economía.

Twitter: @SergioSarmiento

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