Protestas. Varias personas, como esta chica iraní, salieron a las calles para protestar por la muerte de Nimr Baqer al Nimr.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, auguró ayer una "divina venganza" sobre los políticos sauditas tras la ejecución del clérigo chiíta, Nimr Baqer al Nimr, cuya muerte causó la ira de esa comunidad del Islam y protestas en Teherán.
"Sin ninguna duda, la sangre derramada de forma ilegal de este mártir inocente tendrá un rápido efecto y la divina venganza caerá sobre los políticos sauditas", advirtió Jamenei durante el inicio de su curso a los clérigos en Teherán. Calificó la ejecución de Al Nimr como un "error político" de Arabia Saudita y aseguró en que Dios no quedará indiferente ante la sangre de los inocentes y esta sangre injustamente derramada afligirá con rapidez a los políticos y altos cargos del régimen saudita".
Enfatizó en que el mundo entero debe actuar de forma responsable ante este y otros crímenes cometidos por el régimen saudita en Yemen y Bahréin. El presidente iraní, Hasán Rohaní, condenó la ejecución del clérigo chiíta que calificó de "inhumana", pero también pidió procesar a quienes atacaron la embajada saudita en Teherán y el consulado en la ciudad de Mashhad, en el noreste del país. "La acción protagonizada anoche (sábado) por un grupo de radicales en Teherán y Mashhad, que causó daños en la embajada y el consulado sauditas, son totalmente injustificables", dijo. Cientos de manifestantes iraníes atacaron e incendiaron la embajada saudita en Teherán.