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POSDATA SECRETARIAL

HABILIDAD EN LA COMUNICACIÓN

Profra. Pilar D. R. de López

Usted ha vivido en ocasiones en las cuales una persona muy bien vestida le impresionó favorablemente -hasta que no habló. En este instante, todo el cuidado puesto en su acicalamiento… ¿fue arruinado, mal gastado, por sus hábitos descuidados al hablar? ¿Puede usted expresarse efectivamente cuando habla? La persona que habla claro y usa persuasivamente su español con propiedad, invariablemente atrae el respeto de los demás.

Las palabras son las herramientas básicas de la comunicación, ayudan a pintar grabados mentales y preparan a las personas a participar en los sentimientos del que habla. Si usted no tiene la habilidad de usar las palabras, pone serias limitaciones a sus pensamientos. No se puede pensar, sino con palabras.

Todo mundo puede desarrollar una manera de hablar más vívida, únicamente demos una "agitada" a nuestra imaginación y mezclemos con una variedad de palabras. ¿Suena fácil? Pues lo es. La razón por la cual la mayoría de nosotros continuamos usando las mismas palabras y expresiones es porque somos flojos, no buscamos nuevas palabras y permanecemos en la vieja rutina, usando las mismas antiguas y familiares palabras. Algunas personas coleccionan estampillas, muñecos de peluche… algo más lucrativo es el coleccionar palabras apropiadas.

Esté siempre alerta para escuchar palabras expresivas, con colorido y cuyo significado no le sea familiar. Tanto el hablar bien como el no hacerlo es extremadamente contagioso. Cuando escucha a un conversador estimulante, usted oirá toda clase de frases con colorido, brincando hacia sus propios pensamientos. Lea algo de un buen escritor y estará propenso a pescar un caso de "buena palabritis", aun sin proponérselo. El leer poesía es una manera muy particular recomendable para enriquecer su vocabulario. Poesía que trate en su mayor parte con sentimientos y descripciones, ya que en ella se usan las palabras más ricas.

Nosotros no podremos hablar con brillo hasta cuando las frases brillantes estén en la punta de la lengua. Un poco de conciencia y un poco de crítica nos las colocarán en su lugar.

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