EL NUEVO YOGA… TEJER
La afición por tejer en grupo está de moda. En una sociedad cada vez más individualista, la interacción de sus miembros para tejer empieza a considerarse como una variante de la terapia de grupo. Al compás del movimiento de las agujas, se liberan tensiones, se sale del aislamiento y la soledad, lo que ayuda a aprender a escuchar a los demás y compartir otros puntos de vista y así la persona es más flexible y tolerante.
En un grupo sucede lo que se conoce como "contagio emocional". Cada uno influye en el estado de ánimo de los demás. Cuando se canaliza este contagio emocional debidamente se convierte en algo positivo y constructivo. Cada día son más numerosas las personas que practican el tejido con el propósito de relajarse, desconectarse y hacer amigas.
Como se trata de una labor repetitiva y mecánica, el sonido de las agujas actúa como un mantra capaz de lograr un vacío mental que ayuda a relajarse y a posponer los problemas durante un buen rato. Las tejedoras veteranas necesitan nuevos estímulos, aprender puntadas que las entretengan. Para algunas personas el tejer les sirve de meditación, para otras es como una forma de relajación. En el pasado, hacer un suéter era más barato que comprarlo, ahora no es así.
El tejido es un medio que ofrece toda una variedad de posibilidades, puede ser un medio de expresión artística. También podría considerarse como una actividad matemática y otras veces como una ayuda para descargar la mente.
Al tejer se pueden lograr prendas útiles, decorativas y acogedoras; quizás sean absurdas o pasen de moda, pero siempre nos recordarán personas, épocas, anécdotas del momento en que se realizaron. Lo pueden practicar personas de todas las clases y condiciones económicas.
Si se animan a iniciar esta actividad, recuerden que además de una excelente terapia, serán recordadas por quienes vean o usen las prendas que elaboramos.
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Por: Profra. Pilar D. R. de López
