LECTURA DE LA MENTE
Todos los días, ya sea que estemos discutiendo con compañeros con respecto a las tareas o reflexionando si a una amiga o a tu esposo le gustó tu nuevo atuendo, en realidad estamos leyendo la mente de uno y otro. Basándonos en nuestras observaciones, poder de raciocinio y fuentes emocionales, constantemente hacemos conjeturas de lo que la otra persona está pensando.
La lectura de la mente nos capacita para negociar, competir, cooperar y lograr acercamientos con otros; nos permite darnos cuenta cuando somos manipuladas o seducidas. Sabemos cuando alguien encuentra graciosos nuestros chistes o lo finge por cortesía. La habilidad para leer la mente es el elemento más urgente de la vida social.
Los pensamientos y los sentimientos de otros y aun de aquéllos cercanos a nosotros están muy lejos de ser transparentes; esto hace que leer sus mentes sea la única manera de conocer a alguna persona más allá de lo superficial. Es el único medio por el que apreciaremos a alguien por lo que en verdad es.
El lenguaje corporal es un componente primordial en la lectura de la mente. Puede revelar las emociones básicas de la persona. Observando sus movimientos se pueden detectar sus emociones.
Las expresiones faciales también son pistas que nos facilitan saber qué están pensando otros. Desafortunadamente la mayoría de nosotros no las detectamos, sin embargo, estamos acostumbrados a enfocarnos en los ojos de otros y eso nos ayuda. El gran número de músculos que rodean los ojos nos favorece, ya que los ojos nos proporcionan mucho más pistas que las demás partes de la cara -medio cerrados, mirada dura con celos o viendo alrededor, con aburrimiento e impaciencia.
Las emociones negativas son más contagiosas , probablemente porque nuestros cerebros son especialmente sensibles a la información negativa, el percibir ansiedad o miedo de otros, provoca que la circulación sanguínea y el corazón se aceleren.
El estar en sintonía con otra persona, puede ser una experiencia trascendental, una que vale la pena intentarla. Conocer a alguien y ser conocida, es el corazón de una relación de empatía.