EL CELULAR EN LA MESA
En la era de las telecomunicaciones ya se toman en cuenta reglas de etiqueta y restricciones en cuanto a la telefonía. Su uso debería estar limitado simplemente por el respeto que los demás merecen.
Las interrupciones por el repique de un teléfono celular cuando se come tranquilamente en un restaurante, son un problema que a mucha gente molesta. Oír un sonido chillante y a veces repetitivo, no permite disfrutar a muchos de los alimentos.
En Estados Unidos, por ejemplo, ya se han establecido algunas restricciones al respecto. Son varios millones de personas con celular que generan un verdadero problema de ruido y sonidos durante la hora de comida en los distintos restaurantes.
En varias ciudades han surgido áreas de silencio, iguales a las de no fumar, en donde el cliente tiene la seguridad de no escuchar un solo sonido de timbre durante su estancia.
Una medida que se tomó en Nueva York es el "Salón del celular", donde las personas pueden ir a recibir y realizar llamadas sin molestar al de junto.
Reconocidos críticos de comida en Estados Unidos han escrito libros acerca de la etiqueta en la era de las telecomunicaciones en el que incluyen reglas del buen comportamiento con celulares en lugares públicos, entre ellas:
1. El celular no es un cubierto más, por lo que por ningún motivo debe ir sobre la mesa. No olvides ponerlo en modo de silencio o vibración.
2. No revises constantemente la pantalla, demostrando con esta acción una y otra vez la poca importancia que tienen las personas que te acompañan.
3. Retírate de la mesa si recibes una llamada urgente, no sin antes disculparse por la interrupción.
4. Al contestar una llamada sé breve y no hagas esperar a los comensales.
5. Si en definitiva no puedes retirarte de la mesa para contestar la llamada, por favor usa un tono adecuado para no llamar la atención de los demás.
Si bien es cierto que no existe una regulación oficial en cuanto a su uso, con el paso del tiempo este aparato se ha convertido en un símbolo de irrespeto frente a las personas con las que convivimos.
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