Sin temor y llenos de alegría, vecinos de la colonia Nazario Ortiz Garza de Torreón ahora "luchan" por mantener vivo el verdadero significado de las posadas navideñas, que no son más que preparar a las familias para celebrar la Navidad. Comienzan el 16 y terminan el 24 de diciembre.
Hasta hace unos años, las familias de este sector no podían ni imaginar que algún día recorrerían sus estrechas calles sin el temor de quedar en medio de un enfrentamiento o ser testigos de algún asesinato a balazos, para pedir posada. Hoy eso es posible.
Y para muestra están las tradicionales posadas que realizan los colonos en compañía del padre Rafael López, capellán en la Divina Providencia, quien recordó que las posadas, fueron una herramienta utilizada por los primeros evangelizadores para enseñar a niños y adultos, el camino que recorrieron José y María para llegar a Belén, en donde nacería su hijo Jesús.
La historia cuenta que cuando los españoles llegaron a México, los aztecas creían que durante el solsticio de invierno, el dios Quetzalcóatl (el sol viejo) bajaba a visitarlos. También celebraban las fiestas en honor a Huitzilopochtli. Las fiestas duraban veinte días, iniciaban el 6 de diciembre y terminaban el 26 del mismo mes.
Los misioneros a finales del siglo XVI, aprovecharon estas costumbres religiosas para inculcar en los indígenas el espíritu evangélico y dieron a las fiestas aztecas un sentido cristiano.
En 1587 el superior del convento de San Agustín de Acolman, Fray Diego de Soria, obtuvo del Papa Sixto V, un permiso que autorizaba a la celebración de unas Misas llamadas "de aguinaldos" que se realizaban del 16 al 24 de diciembre. Para hacerlas más atractivas y amenas, se les agregaron luces de bengala, cohetes y villancicos y posteriormente, la piñata.
PIDEN POSADAS
Y es así como en la colonia Nazario Ortiz se celebran las posadas. Primero, el padre Rafael llama a los fieles a participar en la misa, para después iniciar con la petición de posada.
De inicio es un pequeño grupo de no más de 20 personas, el que sale de la capellanía cargando a los peregrinos, es decir, las imágenes de José y María, para recorrer las estrechas calles de la colonia con cantos para invitar a que se unan más fieles. Pero no se trata de los típicos cantos tristes y sin ritmo, sino modernas versiones de los tradicionales villancicos que se reproducen en bocina que un hombre en triciclo, la lleva para acompañar a los peregrinos.
Al escuchar los cantos, la gente sale de sus casas para unirse y otros más sólo para simplemente observar lo que pasa en sus calles.
Los pequeños son los que se unen con entusiasmo. Algunos llevan panderos y otros cascabeles, y otros realizan en recorrido a bordo de sus bicicletas y otros más acompañados incluso hasta de sus mascotas.
Identificar la casa en donde pedirán posada los peregrinos es fácil. Y es que frente a la casa marcada con el número 1582 norte de la calle Ildefonso Fuentes, cuelgan de una acera a otra, globos multicolores y serpentinas.
El grupo se multiplica. Son casi un centenar las personas que se congregaron a las afueras de la casa de doña Catalina Favela, que por primera vez abrió su casa a esta celebración.
Los peregrinos, muchos de ellos niños, cantan con emoción para pedir posada. Nadie pierde el ritmo que se marca al son de las cuerdas de una guitarra.
Al término, inicia el Santo Rosario. Los pequeños se sientan alrededor del padre Rafael, a quien no le pierden la vista. Todos se muestran tranquilos durante los cinco misterios.
Esta vez no hubo piñata, pero sí bolos para los niños. Emocionados, esperan su turno. Primero reciben un vaso de arroz con leche, y después su bolsa de dulces. Todos se muestran agradecidos.
Para los mayores, se prepararon burritos de chicharrón rojo y tamales, además de refresco y atole para quienes no desean perder la figura. Nadie dice no al menú, incluso el sacerdote disfruta de cada platillo.
Al final todos conviven y afinan los detalles para la celebración del siguiente día, que será igual, pero en otro hogar que abrirá sus puertas para recibir a los peregrinos.
TRADICIÓN
Para el padre Rafael López desafortunadamente, hoy en día el verdadero sentido de las posadas se ha perdido. "Lamentablemente las posadas han perdido el significado religioso, ahora las posadas son convivencias navideñas, convivencias de fin de año, pero una posada tradicional tiene que ver con esta celebración de nuestra fe, de recibir a Jesús en nuestras vidas, de recibir a Jesús en nuestros corazones.
En este tiempo a todo le llaman posada, pero en realidad no lo son, son convivencias navideñas, convivencias de fin de año, y que claro no tienen nada que ver con nuestra fe, con nuestra devoción a esta Sagrada Familia".
Dentro de la iglesia, la celebración es tradicional, aunque cada comunidad o parroquia, lo hace a su modo. "Todas las comunidades a su modo, a su estilo hacen su petición de posada, aquí hemos querido involucrar a la comunidad, entonces la gente con lo que tiene lo comparte y lo hace con mucha alegría".
Doña Catalina por su parte, se dijo emocionada por recibir a sus "invitados de lujo". "Para mi familia, esto es algo muy especial".
Además, dijo que "como es la primera vez, hubiéramos querido algo bien especial, pero pues como es una comunidad de bajos recursos, hay gente humilde, fue de acuerdo a nuestras posibilidades".
MENSAJE
A unos días de celebrar la Navidad, el padre Rafael López lanza un llamado: "invitar a todas nuestras familias a que no perdamos nuestras tradiciones populares, que no perdamos estas devociones que van preparando para celebrar la Navidad, es bonito, invitar a los niños para que conozcan desde pequeños, la fe y sobre todo la alegría de estas fiestas de Navidad".
Inicio. La posada inicia en la capellanía de la Divina Providencia; es un grupo reducido el que sale. (Fernando Compeán)
