Primera ovación
El humor llegó ayer a Cannes y lo hizo, sorprendentemente, de manos del habitualmente serio cine alemán, con Toni Erdmann una película que disecciona con habilidad las relaciones paternofiliales con un tono de comedia surrealista que se llevó la primera ovación de esta edición del festival. Carcajadas y buen sabor de boca es lo que dejó esta película, el tercer largometraje de la realizadora Maren Ade, que cuenta cómo "Winfried/Toni" (Peter Simonischek) intenta recuperar los lazos perdidos con su hija "Inés", una ejecutiva a la que interpreta genialmente Sandra Hüller.