"Tenemos que analizar y erradicar demagogias como el Hoy No Circula, que fue contraproducente porque aumentó el número de vehículos."
-Luis Donaldo Colosio-
Apenas ayer escribía yo que los políticos tienen un incentivo perverso para prohibir aunque la prohibición no resuelva nada. Para ratificar la observación encontré una nota en la que Laura Ballesteros, subsecretaria de planeación de la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México, declaraba que propondrá a la Comisión Ambiental de la Megalópolis que el Hoy no Circula se vuelva a aplicar a los autos nuevos. Ya no se trata solamente de atacar la contaminación, para lo que el Hoy no Funciona ha resultado notoriamente ineficaz, sino para reducir los congestionamientos de tránsito.
El Hoy no Circula, declaró Ballesteros, "es una medida que debe evolucionar y combinar también elementos de circulación por criterios de tráfico y congestión. Hoy en la capital circulan 5.5 millones de autos, ya no hay superficie para todos. Para generar el criterio de congestión, debemos modelar el número máximo de ocupación de autos por superficie rodable, es decir, la cantidad óptima de autos en las calles que permita una velocidad constante, y con base en eso establecer la fórmula de cuántos autos deberán entonces dejar de circular diario" (elbigdata.mx).
Los funcionarios y políticos optan con frecuencia por la prohibición como política pública porque les encanta hacer sentir su poder. Las soluciones de largo plazo no les interesan. Prefieren prometer que cambiarán las cosas por decreto ya que esto les construye una imagen de fortaleza y decisión. No calculan las consecuencias reales de sus políticas.
La experiencia nos demuestra, sin embargo, que la prohibición a la circulación de vehículos no resuelve los problemas sino los agrava. Ayer cité los trabajos de Héctor G. Riveros del Instituto de Física de la UNAM quien ha señalado que el Hoy no Circula nunca disminuyó la contaminación. Este logro corresponde a la introducción de convertidores catalíticos.
En México no hay memoria. Estamos reviviendo la controversia original sobre el Hoy no Circula que Manuel Camacho impuso el 20 de noviembre de 1989. El 9 de marzo de 1994, en una entrevista radiofónica con José Gutiérrez Vivó en Radio Red, Luis Donaldo Colosio cuestionó el programa y apuntó que el Hoy no Circula no había hecho más que aumentar el número de vehículos en circulación. La declaración molestó a Camacho que escaló el pleito que ya tenía con el candidato presidencial.
Pero Colosio tenía razón. El Hoy no Circula no era solución. "Tenemos necesariamente que analizar y erradicar demagogias" dijo en esa entrevista.
La recomendación sigue vigente. Regresar a la receta original populista no hará más que obligar a las familias a comprar nuevos vehículos. La prohibición no considera que el automóvil no es un lujo sino un instrumento de trabajo.
¿Qué podemos hacer, entonces, para reducir el congestionamiento? Mucho: mejorar vialidades, eliminar cuellos de botella, quitar obstáculos (como las jardineras que se están colocando sobre los carriles de la avenida Revolución), evitar que los vehículos se queden a la mitad de los cruces, impedir los bloqueos por manifestantes y, sobre todo, mejorar el transporte público.
Debido a la aplicación de pésimas políticas públicas, México tiene un pésimo sistema de transporte público, al grado que quien puede lo evita. El transporte público no mejora sólo porque un gobierno autoritario restrinja la circulación de vehículos.
Los enfoques prohibicionistas han resultado en fracasos. Nuestros gobernantes no han entendido que la gente reacciona con incentivos mejor que con prohibiciones. Construir un buen sistema de transporte público sería el mejor incentivo para que la gente dejara el auto en casa. Pero ¿quién le hace entender esto a un político?
INFARTADO
Es un caso para el procurador de Paulette. El escolta del dueño del Ferrari rojo murió por un infarto tras escribir una carta inculpando a su jefe por la golpiza propinada a un automovilista. Eso dice la necropsia.
Twitter: @SergioSarmiento