Propuesta. Dilma Rousseff anticipó que la consulta podría conducir a una nueva elección presidencial.
Para Dilma Rousseff, la salida a la crisis política que vive Brasil está en una consulta popular.
La presidente suspendida cree que un referendo es la única manera en que puede resanarse lo que consideró un golpe de Estado por parte del ahora presidente interino Michel Temer.
"Sólo una consulta popular puede limpiar y aclarar todo el desastre que es el Gobierno de Temer", comentó Rousseff.
"Creo que puede ser una suerte de plebiscito", añadió la mandataria, quien podría convocar a dicho referendo si sobrevive a la votación de juicio político en su contra, prevista para inicios de agosto.
La misma consulta, anticipó Rousseff, podría conducir a una nueva elección presidencial.
Los aliados del presidente interino han rechazado los llamados a nuevos comicios, pese a que después de apenas un mes en funciones, Temer se ha vuelto tan impopular como Rousseff y ya ha perdido tres ministros en medio de investigaciones por corrupción.
Incluso antes de que Temer asumiera el cargo, 58 por ciento de los brasileños ya estaba a favor de destituirlo, de acuerdo con una encuesta de abril de Datafolha.
Actualmente, sólo 11.3 por ciento de los brasileños aprueba el Gobierno interino y 54.5 por ciento afirma que su desempeño es igual al de Rousseff, de acuerdo con un sondeo de CNT/MDA divulgado el miércoles.
La misma encuesta reveló que 50.3 por ciento de los brasileños está a favor de nuevas elecciones.
En ese escenario, el ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva se perfila como el favorito con 22 por ciento de intención de voto, según CNT/MDA.
"Cuanto más me provoquen, más riesgo corro de volver a ser candidato a presidente", dijo el viernes Lula.
