Juicio. El Senado votará el próximo 25 de agosto para determinar si Rousseff será sometida a un juicio político.
La suspendida presidenta Dilma Rousseff realizó el martes un esfuerzo de último momento por evitar un juicio político, al decirles a los legisladores brasileños que permitiría que los votantes decidan si es que quieren realizar elecciones presidenciales anticipadas en caso de que ella sea reinstalada en el poder.
Rousseff ha sopesado públicamente durante varias semanas la idea de celebrar un plebiscito, en momentos en que el Senado se acerca cada vez más a la votación sobre un juicio político a ella por cargos de que su gobierno violó las leyes fiscales para ocultar problemas presupuestarios. La votación está programada para realizarse el 25 de agosto, cuatro días después de que finalicen los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Presentó su propuesta oficial en una larga carta dirigida "al senado federal y al pueblo brasileño", en la que mezcló expresiones de arrepentimiento por no haber escuchado a sus compatriotas con severas amonestaciones a sus detractores, a los que acusó de planear un "golpe" en su contra.
"La restauración total de la democracia requiere que la población sea la que decida cuál es la mejor forma de expandir la gobernabilidad y perfeccionar el sistema político y electoral brasileño", escribió. "Es la única forma de salir de la crisis".
El período actual de Rousseff termina en 2018. En caso de que el Senado la retire permanentemente del puesto, el presidente interino, Michel Temer, sería el encargado de finalizar el período.
Bajo su propuesta, una vez que Rousseff regresara al poder convocaría a un plebiscito nacional en el que les preguntaría a los brasileños si están a favor de una elección anticipada y de llevar a cabo reformas políticas y económicas integrales.
La apoyan
La idea de Rousseff cuenta con el apoyo popular.
⇒ Una encuesta realizada el mes pasado por Datafolha señaló que el 62% de los brasileños está a favor de una nueva elección.
⇒ Pero la misma encuesta reveló que prácticamente el mismo porcentaje de brasileños no quiere a Rousseff de regreso en el poder.