Viesca, Coahuila, ha sido declarado "Pueblo Mágico", lo que a sus moradores les representa una oportunidad más para vencer el desempleo y la pobreza.
A unos 70 kilómetros de Torreón, es el extremo sureste de La Laguna, siendo una comunidad histórica, donde estuvo cautivo el cura Miguel Hidalgo en 1811, y el Presidente Benito Juárez hizo un alto de descanso en su travesía hacia el norte.
Sus alrededores son desérticos y hermosos, sobresaliendo las Dunas de Bilbao, reminiscencia de lo que fuera el mar de Tethys y que ha sido locación en películas que requieren parajes semejantes al Desierto del Sahara; otro lugar de interés es el Casco de la Hacienda de Hornos, el más antiguo antecedente del desarrollo industrial de la región, donde se llegaron a construir furgones de ferrocarril y hasta máquinas de vía angosta; su capilla, recientemente restaurada, es muestra de la fe y concepto de arquitectura religiosa de los evangelistas misioneros del siglo XVII.
Cosa aparte es el potencial que tiene para la práctica del motociclismo a campo traviesa, el jeepismo o el deporte del rappel, que se puede practicar en sus paredes de montaña.
Son alternativas de diversión y relajamiento poco exploradas, para los citadinos de la mancha urbana lagunera.
Su flora y fauna merece un trato aparte, ofreciendo a los estudiosos tema y oportunidades incomparables.
Con una población de aproximadamente 3,500 habitantes, enfrenta los retos propios del desierto, luego de padecer la desertificación extrema al sufrir las consecuencias de movimientos telúricos que bloquearon las venas de agua subterránea.
Recientemente ha sido declarada "Pueblo Mágico", concepto desarrollado por Sectur con el propósito de proteger nuestro patrimonio cultural y promover el turismo interno en México.
Ver sus cielos, en las noches, es un espectáculo diferente; por alguna razón que no me queda muy clara, sus estrellas tienen especial brillo y no es extraño, por la claridad de su atmósfera, observar el parpadeo de los satélites que rondan al planeta.
Debo ser honesto y abrir un paréntesis para escribirle que de Viesca guardo particular recuerdo y cariño, por ser el punto en que inicié mi vida profesional como médico cirujano y partero, lo que me dio la oportunidad de conocer a sus gentes con los valores de orgullo, valentía y solidaridad que les caracterizan.
Y hasta allá me dirigí en el mes de diciembre, para acudir a la invitación de la periodista Arcelia Ayup y participar -magnífica oportunidad para el tragón que soy- en la Muestra Gastronómica Regional, que involucró a vecinas del lugar quienes expusieron los alimentos preparados con sus recetas tradicionales y familiares de la región.
Cercana a un ramaje de la Sierra Madre, disfrutaron de la cacería, particularmente del jabalí y el venado, carnes que permitieron crear recetas que, por su delicia, son irresistibles al paladar; los tamales de chile colorado, preparados con carne de esos animales propios del área, por razones de exterminio fueron adaptados a la carne de puerco que no desmerece en sabor y que reciben un toque especial con el ajo cultivado en la región, estructurado con sabor de mayor vigor, gracias a las sales de esas tierras.
El pollo al vapor, con verduras cocidas y sazonadas con hierbas de olor, representan un plato dietético al que hay que acompañar con el arroz preparado con el agua salina de Viesca, sabor diferente para los "tragones esforzados".
Faltaría espacio para mencionar todas las delicias que ese día prepararon las señoras, que además recibieron información en un taller de costeo y preparado de alimentos con bajo costo, pero no puedo dejarle de mencionar los guisados de chile colorado, de res y puerco, los frijolitos refritos al estilo lagunero, con manteca y coronados con queso fresco; o los ya referidos tamales de sabores variados, desde carne o frijoles, rajas o pollo; y los dulces, postres deliciosos.
Escribiendo de dulces, los de la región son cosa aparte: siendo tierra en que se cultivan nogales y palmas, producen nueces y abundantes dátiles utilizados para elaborar diferentes productos.
Un lugar preferente lo ocupan los "mamones" pastelillos recubiertos de miel, únicos en La Laguna y que desgraciadamente corremos el peligro de perderlos con el paso el tiempo; los buñuelos y el dulce de camote no podía faltar y a todos hube de darles el repetido visto bueno.
Le invito a que busque la oportunidad de visitar ese rincón lagunero; le aseguro que se quedará con una grata experiencia al pasear por las dunas o recorrer las brechas del desierto semisalvaje; luego visitar la cabecera municipal y buscar en las misceláneas los dulces de los que le he comentado.
En estos tiempos de crisis, encontrar diversiones sanas, culturales y económicas es importante y hacerlo acompañado de familiares y amigos, aún más. ¿Por qué no hace la prueba?
ydarwich@ual.mx