Podría ser la puntilla, aunque el asunto no está totalmente determinado. Podría quizá ser sólo una anécdota para la cultura política popular.
En caso de que se solidifique totalmente la información publicada por el diario inglés The Guardian acerca de que la esposa del presidente Enrique Peña Nieto, la actriz Angélica Rivera, utilizaba una propiedad contigua que se le prestaba de las mismas características al departamento que ella posee desde hace años atrás en una isla de Cayo Vizcaíno, Florida.
Algún periodista malicioso supo seguir el indicio de que ciertamente la señora de Peña había unificado de hecho la administración y el uso de su apartamento con el que "gentilmente" le facilitaban en mutuo, así que el reportero hizo llamadas a las líneas telefónicas correspondientes a sendas propiedades, obteniendo como respuesta de quien contestó que era lo mismo llamar a una y otra, puesto que era la misma residencia.
El problema se acrecentó cuando el dueño del departamento que le prestan a la pareja presidencial, es el señor Ricardo Pierdant un empresario a quien el propio diario inglés lo denominó como potencial proveedor de gobierno (lo cual hace que pierda sustento la investigación si sólo se mira desde ese ángulo, ya que cualquier empresa en determinado momento puede ser potencial proveedor) lo cual es una acusación endeble. Lo que no es endeble es que Pierdant pagó los impuestos prediales que le corresponden tanto a su propiedad como al departamento que pertenece a doña Angélica. El monto del impuesto ronda la cifra de 30 mil dólares. No es cualquier cosa.
Además, ha quedado claro que si bien es cierto que Ricardo Pierdant y su empresa no tiene vínculos claros con su empresa, su hermana Aurora obtuvo en noviembre de 2014, vía adjudicación directa, un contrato con la Comisión Nacional de Hidrocarburos por un monto de un millón 160 mil pesos. Los servicios de este contrato eran de capacitación en derecho petrolero mexicano.
Hasta aquí parecería pues que esto sería un escándalo más. Menor en envergadura al que causó el reportaje de la denominada "Casa Blanca" en la ciudad de México, propiedad de valor multimillonario y que resultara del dominio también de la esposa del presidente, con todas la implicaciones que este asunto desató y que tuviera como colofón la disculpa del propio mandatario Peña, quien de cara a la nación ofreció una disculpa al pueblo de México por la pérdida de credibilidad que este asunto le causó a su gobierno que no obstante, según su declaración de ese día puntualizó que no había faltado a la ley, aunque según sus palabras en ese discurso, los servidores públicos deben observar comportamientos más allá de lo que marca la ley en cuanto a actos que pudiesen levantar sospecha de aprovechamiento, en particular del ejercicio del poder que les ha sido conferido.
Así entonces, no ha pasado el mes de aquella disculpa presidencial cuando surge esta información del rotativo británico. ¿Qué sigue entonces?
Recapitulando las propias palabras presidenciales, el escándalo de la "Casa Blanca" minó la confianza de la gente en el gobierno federal y causó malestar generalizado. La lógica natural pues es que de ratificarse que Pierdant le paga la cuenta de los impuestos del departamento en Florida así nada más a doña Angélica, puede ser el principio de la eventual derrota del PRI en la elección de 2018.
A todos sorprendió los resultados electorales del pasado mes de junio, donde el partido del presidente se llevó significativas derrotas (Veracruz, Tamaulipas, Chihuahua, Durango y Quintana Roo) producto en gran parte por circunstancias políticas locales, pero también por el desempeño del gobierno federal actual. La percepción de que la corrupción del viejo priismo se ha reinstaurado está presente en casi todos lados. Incluso, un diario capitalino da cuenta de acuerdo a sus encuestas, que Peña Nieto continúa cayendo en cuanto a la aprobación de su gestión por parte del pueblo de México.
Las semanas y los meses dirán pues si el nuevo escándalo del departamento prestado y el pago de un tercero de un impuesto de la propiedad de la primera dama de México en Florida, no se convierte en factor de que el PRI en diciembre de 2018 tenga que dejar el poder.
