Antes, con dilemas, la humanidad filosofaba sobre qué iba primero "el huevo o la gallina". Hoy las empresas entienden y atienden lo primero, entre "las ventas y el efectivo".
A simple lectura hay una sencilla respuesta, pero entonces… ¿por qué cuesta tanto trabajo balancear las áreas de una empresa para que sea exitosa y subsista en el tiempo?
Cabe preguntarse qué es más importante, ¿crear un mayor número de empleos o empleos mejor pagados?, ¿es más lógico que los jóvenes logren un mayor grado académico o que las materias sean formativas y útiles desde los primeros años de estudio?, ¿es mejor buscar un sistema de salud (correctivo) con infraestructura, que cubra la geografía para corregir problemas de mala alimentación o que se produzcan alimentos de calidad y se nos enseñe a comer desde niños generando buena salud (preventiva) en la población?, ¿es más valioso tener muchos datos o saberlos procesar?
En el Comité de Finanzas Corporativas del IMEF, se ha analizado el tema, observando que las decisiones siempre dependerán del momento y su circunstancia. Nada fácil es llegar a un acuerdo en un equipo multidisciplinario, sobre qué área es más importante en la empresa o qué actividad es más relevante, ya sea de recursos humanos, finanzas, operaciones o ventas.
Y en este acontecer, surge otro dilema, cómo priorizar al capital humano, su ética, seguridad y capacitación sobre la administración de recursos, tesorería, riesgos, dirección estratégica, infraestructura, sistemas, desarrollo de productos, innovación, mercadotecnia, comercialización, crédito y cobranza, etcétera. Todas las áreas son clave, lo importante es el balance de su interdependencia y que se apoyen entre sí, para conseguir un resultado integral que busca ser de 360 grados.
Con este objetivo, el IMEF plantea soluciones integrales a dilemas comunes de todo empresario, aportando claves para anticiparse y resolver proactivamente problemáticas, tales como definir si son más importantes las ventas o el efectivo.
Es muy diferente tener flujo, a dinero en efectivo en bancos. Resulta tentador tener grandes ingresos por ventas, pero el foco para cualquier empresa es el flujo de efectivo. Se puede operar incluso con pérdidas; o retrasar el pago a acreedores o cuentas con suficiente dinero para pagar costos variables. Sin embargo, ninguna empresa sobrevivirá mucho tiempo sin suficiente efectivo para satisfacer necesidades inmediatas y gastos fijos.
Cualquier empresa debe jugar su crédito y para que un sistema de crédito funcione correctamente, debe cobrar las deudas. Cuando esas deudas no se cobran adecuadamente, se necesitan tácticas para recuperar el dinero otorgado a deudores y recuperar los créditos. Es clave trabajar en mecanismos que den resultados efectivos, ad-hoc a su momento y circunstancia.
Y así, el dilema se va aclarando, ya que por la buena o la mala, toda empresa deberá cobrar lo que vende. Si una empresa deja de pagar una obligación por falta de efectivo, será insolvente, razón número uno de quiebra de empresas en México. Las empresas con problemas de flujo de efectivo no tienen seguridad ante imprevistos, no tienen fondos para innovación, ampliación de producción, contratación de talento y retención de buenos empleados.
Por todo ello, el IMEF destaca que una sana cobranza de los créditos es la mejor prevención ante la quiebra: mejora la rentabilidad y reduce el riesgo. Una gestión de tesorería eficiente debe traducirse en flujo de caja positivo, aprovechándolo para reinvertir en el negocio principal y en iniciativas que generen crecimiento sostenido.