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¿Qué es un Snapchat?

La aplicación favorita de los millennials

Bobby Murphy y Evan Spiegel, cofundadores de Snapchat. Foto:Bloomberg

Bobby Murphy y Evan Spiegel, cofundadores de Snapchat. Foto:Bloomberg

REDACCIÓN S. N.

Fotografías con filtros de caras de perrito y otras transfiguraciones extrañas son la sensación entre las generaciones más jóvenes sin que la mayoría de las personas, incluso aquellos que se consideran avezados en temas de internet, puedan comprender su poder de atracción, así es Snapchat, una aplicación que parece haber venido a revelar la brecha existente entre internautas y los nativos digitales.

Lanzada en septiembre de 2011, Snapchat es hoy una de las aplicaciones móviles más importantes a nivel mundial, así lo demuestran sus más de 100 millones de usuarios activos y los siete mil millones de vídeos que se consumen dentro de ella diariamente (una cifra muy similar a la de consumo de videos en Facebook).

Desde sus inicios, el mayor atractivo de esta red social, y sello que la distingue de cualquier otra, es que permite a los usuarios comunicarse con personas específicas a través del envío de textos, fotografías y videos que se autodestruyen después de 10 segundos, o incluso menos. O bien se puede optar por hilar una serie de fotos y videos en un formato llamado “historias”, las cuales están disponibles para todos los contactos del usuario pero sólo durante 24 horas.

Esta apelación a lo efímero es quizá lo que la ha convertido en la favorita de los jóvenes millennials (el 82 por ciento de sus usuarios tiene entre 13 y 34 años) jóvenes acostumbrados a consumir contenido viral cuya trascendencia es igual de fugaz.

A diferencia de otras redes sociales también muy populares incluso entre los millennials, en Snapchat los usuarios tienen la posibilidad de ser aún más auténticos y despreocupados; saber que el contenido que comparten desaparecerá en un período determinado los invita a desinhibirse y compartir momentos más íntimos, triviales y fortuitos de su vida que no tendrían cabida en los formatos de otras redes, como por ejemplo las cuidadas y muchas veces pretenciosas imágenes que se cuelgan en Instagram o la obsesión por difundir la opinión más influyente o graciosa para ganar más seguidores que se da en Twitter.

INVASIÓN DE LOS ‘CARA DE PERRO’

En sus inicios, además de la autodestrucción de los mensajes enviados, Snapchat no ofrecía cosas muy diferentes al resto de los servicios de mensajería. El usuario tomaba una fotografía, la editaba y le añadía texto, emoticones o dibujos si lo consideraba necesario, configuraba el tiempo que quería que estuviera visible y luego elegía de entre sus contacto a su (o sus) destinatario, el cual recibía una notificación de mensaje y podía verlo presionando sobre el mensaje durante el tiempo especificado por el remitente (si dejaba de presionar, dejaba de verlo, lo cual complica que se haga una captura de pantalla y representa una medida de protección de la privacidad).

No obstante, en la búsqueda del mejor camino para transformar su éxito en dinero, la compañía ha ido diversificando su oferta, modificando su funcionamiento (por ejemplo ya es posible ver una repetición de los mensajes que se reciben) y añadiendo elementos atractivos como los llamados 'lentes', una característica que usa el reconocimiento facial para realizar añadir sonidos y efectos especiales a las fotografías o videos. Mediante los lentes de Snapchat se crean animaciones locas como vomitar arco iris, intercambiar rostros, contorsionar el rostro o incluso convertirse en un animal, las cuales divierten mucho a sus usuarios.

Snapchat es un producto esencialmente diseñado para jóvenes: "La naturalidad con la que ellos utilizan la tecnología permite que estén más abiertos a cosas tan diferentes como las que propone esta red social. Además, el consumo en píldoras audiovisuales es idóneo para su menor capacidad de atención, provocada, entre otras cosas, por la infoxicación (la sobrecarga informativa procedente de Internet)", opinaba hace unos días Pedro Ample, Executive Creative Director de la agencia de marketing digital Social Noise para el diario El País.

No obstante cada vez más gente accede a la aplicación y gracias a sus complementos cada vez más empresas e instituciones interesadas en llegar a los millennials intentan ingresar a la plataforma.

Aunque muchos dicen que suena exagerado, al parecer el éxito de Snapchat se ha convertido en una especie amenaza para la hegemonía de redes sociales como Facebook e Instagram, mismas que ya se apresuraron a imitar algunas funciones que han funcionado para la aplicación del fantasmita.

ÉXITO ECONÓMICO

Recientemente trascendió que en una nueva ronda de inversión, Snapchat levantó 200 millones de dólares, lo que generaría que su valuación llegara a los 20 mil millones de dólares, colocándose como la quinta mejor startup, sólo debajo de Uber, Xiaomi, Airbnb y Didi Chuxing.

Snapchat ingresó poco más de 90 millones de euros propios en 2015, una cifra impresionante si la comparamos con la de 2014: tres millones. ¿Cuánto dinero de inversores consiguió en ese tiempo? Mil 300 millones de euros.

En marzo, el mismo fondo que le había dado la espalda ha decidido volver a apostar por Spiegel, inyectando casi 160 millones de euros. Snapchat ha anunciado que espera ingresar este año por lo menos el doble de esa cifra.

¿Y de qué modo logra Snapchat esos ingresos? Mediante publicidad. Lo verdaderamente impactante es que gran parte de la misma no se basa en las funciones de mensajería instantánea, sino en los elementos que hacen que el servicio tenga ya ciertos tintes de red social, concretamente a través de su apartado 'discover', 'historias' y sus cada vez más populares filtros y máscaras.

Hace ya tiempo que Snapchat habilitó los canales como una herramienta que pueden emplear sus partners editoriales para publicar contenidos. Es posible encontrar dichos canales en el apartado 'discover' de la applicación. Y, por supuesto, se encontrará contenido publicitario en los mismos. Por su parte, 'historias' es una función que recopila información de diversas fuentes (lo que incluye contenidos generados por los propios usuarios de la app) sobre un tema determinado de actualidad. Un ejemplo claro y bastante global de ello son los Juegos Olímpicos, pero ahora mismo también es posible encontrar una selección de publicaciones relacionadas con varios incendios forestales que afectan al sur de California. Con inserciones publicitarias en los saltos de unos contenidos a otros, claro.

Hay, eso sí, dos aspectos mejorables en la estrategia publicitaria de Snapchat. El primero es que aunque ha introducido todos esos elementos, todavía no ofrece a los anunciantes las herramientas necesarias para medir el rendimiento que obtienen de las mismas. Las métricas que permiten valorar el ROI (return of inversion) son poco menos que imprescindibles, por lo que la compañía ya ha comenzado a trabajar con partners para incorporarlas lo antes posible. Resulta sorprendente que no es algo que se contemplara desde el primer momento.

Y el segundo aspecto es una cuestión más de principios. Resulta que al CEO de Snapchat, Evan Spiegel, no le gusta la publicidad personalizada, es decir, aquella que se muestra exclusivamente al tipo de usuario con el que encaja y que tan bien le ha funcionado a Facebook. Una de las principales razones del éxito de la compañía de Mark Zuckerberg es que ofrece a los anunciantes un enorme grado de segmentación, algo que no agrada a Spiegel, pero que es cada vez más demandado por las empresas. Así, la gran duda es si será capaz de ceder a las exigencias del mercado, logrando así atraer a más anunciantes o, por el contrario, mantendrá su criterio en contra de lo que demandan anunciantes e inversores.

LA MENTE DETRÁS DEL ÉXITO

Spiegel, quien lleva las riendas como CEO de Snapchat, se crió en el área de Los Ángeles. Estudió diseño de producto en la Universidad de Stanford y se reunió Bobby Murphyy desarrollaron una aplicación que podría enviar mensajes de fotos a los contactos con un temporizador que eliminarlos en 10 segundos o menos y la llamaron Picaboo. Rebautizado como Snapchat, la aplicación se inició en el otoño de 2011.

A finales de 2013 Spiegel rechazó una oferta de compra de tres millones de dólares de Facebook. En mayo de 2015, Snapchat había recaudado 538 millones en nuevos fondos, según los informes, valorando la compañía en cerca de 16 mil millones. Forbes estima que Spiegel y Murphy cada uno tiene posibilidades de propiedad de aproximadamente 13 por ciento y 11 por ciento, respectivamente. En septiembre de 2014, el dúo se deshizo de una distracción significativa, un acuerdo extrajudicial con otro excompañero de fraternidad y creador precoz de la aplicación, Reggie Brown.

Spiegel, quien se comprometió con la supermodelo Miranda Kerr en julio de 2016, se ha convertido en una especie de nuevo Mark Zuckerberg.

La versión española de la revista GQ lo ha retratado así: Spiegel, mientras, es el chico del momento, el sex symbol de Silicon Valley, el ídolo de una generación que apenas empieza a afeitarse, para la que ha expuesto una nueva filosofía de vida. Una filosofía tan nihilista como los vídeos que se autodestruyen que le han hecho millonario: "El lenguaje de internet dice que mi identidad es la persona que soy ahora mismo. Soy el resultado de todo lo que he hecho, pero no soy la acumulación de esos actos". Un mensaje de ruptura que no se queda simplemente en las palabras: borró todos sus tuits en junio del año pasado, nada más cumplir 25 años. Ahí está su mensaje: lo que he hecho antes no tiene importancia ahora. El día que entendamos eso, entenderemos Snapchat.

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