Reconocimiento. A sus casi 91 años de edad, el primer actor Ignacio López Tarso revela cuáles han sido sus ‘secretos’ para continuar su carrera artística, la cual le ha dejado grandes satisfacciones. (EL UNIVERSAL)
A Ignacio López Tarso (15 de enero de 1925) no se le olvida la primera vez que recibió un reconocimiento por su carrera como actor. Fue por su actuación en la obra de teatro La zona intermedia de Emilio Carballido y el trofeo consistió en una escultura de Xochipill, el dios mexica de la primavera, vinculado a la música y la danza.
Ese trofeo, que aún conserva en pieza de yeso, ya que los organizadores de aquel premio prometieron darle uno de bronce que nunca llegó, ocupa un sitio especial en el estudio de su casa. "Tiene unos 60 años aquí, no lo muevo", dice López Tarso mientras muestra orgulloso dicho trofeo.
En ese pequeño cuarto repleto de diplomas, trofeos; de retratos suyos caracterizado en sus personajes o con amigos como Emilio "El Indio" Fernández; así como libros, está también el diploma de su último y "máximo premio": el Nacional de Ciencias y Artes en la categoría de Bellas Artes. "Es el premio más importante que he recibido en mi vida", sostiene.
"Los que me dieron el premio se equivocaron porque en lugar de López Tarso, que es mi nombre de actor desde hace 60 años, pusieron López López... Y es el que me dieron frente al presidente. Iba a protestar, pero no me pareció oportuno", acusa.
Pronto cumplirá 91 años y, dice, quisiera cumplir un siglo en el mundo. "Nueve años no es mucho pedir, pero nunca se sabe. Hay muchas cosas bellas en la vida, pero el cine, el teatro, la televisión son fundamentales en mi vida y quisiera seguir trabajando, si no, ¿a qué me quedo?", dice.
→ ¿Cómo se logra mantener una carrera por más de seis décadas?
Con interés. Cuando estuve en cama mucho tiempo por un accidente, el doctor me dijo: "te ha salvado tu interés por la vida. No te han salido llagas, tu digestión es muy buena, comes puro líquido, has aguantado muy bien. No has sufrido por tu enorme deseo de vivir". Yo era muy joven cuando me pasó el accidente, tenía 20 años y estuve un año en cama, mirando el techo. Para vivir lo que he vivido y hacer lo que he hecho, no he dejado de trabajar. He hecho, no sé, 150 obras de teatro que es muchísimo, porque algunas me han durado dos o tres años en cartelera como El vestidor, Doce hombres en pugna, El cartero, aunque hay obras que duran muchos más años.
He podido interpretar personajes que siempre había soñado poder interpretar. Cuando leí Shakespeare, Macbeth, empecé a leerlo todo, es un maravilloso escritor, es además un gran poeta, todo su teatro es maravilloso y poético, es extraordinario, te seduce, te atrapa, te subyuga, si esto te pasa leyéndolo, al llevarlo al escenario o al cine, pues el resultado es extraordinario. Hice Macbeth en Bellas Artes, con Isabela Corona y un grupo grande de actores, la vio un director argentino que me invitó a hacerla en Nueva York en español en la misma versión que vio.
→ ¿Es su personaje favorito de Shakespeare?
Sí, porque hice una larga temporada en Nueva York con una muy buena producción, rodeado de buenos actores, todos de allá, muchos de ellos ya murieron. Macbeth se me quedó muy grabado. Isabela Corona era la gran estrella en los años 50. Aunque de Shakespeare he hecho muchas otras, como El Rey Lear en la UNAM, en un gran teatro que es el Juan Ruiz de Alarcón, es un escenario maravilloso. También hice Otelo, La tempestad...
→ ¿Y en el cine?, ¿cuál recuerda especialmente?
Hice muchos. Macario, El hombre de papel, El gallo de oro, que era un ranchero casi indígena a quien le dan un gallo a medio morir, pero lo salva y se hace millonario porque es muy bueno para las peleas; La caponera, con Lucha Villa, que estaba guapísima y cantaba precioso; La vida inútil de Pito Pérez, de José Rubén Romero. He hecho 50 personajes, no tengo uno favorito. En la televisión he hecho muchos personajes, me gustan las telenovelas históricas, como Senda de gloria, El carruaje, El encanto del águila, un nombre ridículo, pero ahí hice a Porfirio Díaz y contamos la Revolución Mexicana en 13 capítulos, me gustó mucho, la caracterización era muy buena y de todos los Porfirios Díaz que he visto por ahí, soy el mejor porque tengo un concepto de él que traduje en ese personaje, ahí se vio la verdad de ser Díaz.
→ ¿Cómo se prepara para realizar un personaje?
Leo mucho, investigo sobre el personaje, sobre la época, sobre la política, la sociedad, la comida, sobre todo lo que hay que saber sobre el personaje y su entorno, así puedes construir el personaje, mientras más datos, mejor podrás hacerlo. Además, trabajo con los otros actores, con el director.
→ ¿Por qué le gustó Porfirio Díaz?
Porque fue un hombre que luchó toda su vida, consiguió todo lo que quería, tuvo mucha suerte, tuvo triunfos en la política, tuvo amores y fue un presidente formidable, sacó a México del hoyo e iba a encaminar al país hacia un nivel europeo o estadounidense. Tenía un gobierno muy bien asesorado y acompañado. Su grave error fue el perpetuarse en el poder y se convirtió casi casi en un dictador, eso lo perjudicó mucho y provocó la Revolución.
→ Hará Picasso. ¿Qué retos representa?
Cuando hice El cartero representé a Pablo Neruda y no me le parezco en nada. Ahora haré a Picasso sin que me parezca en nada. La caracterización que vale es la interna. Si me siento Neruda aunque no soy ni barrigón ni calvo, lo puedo interpretar porque por dentro lo conozco y por lo tanto me parezco. Igual voy a parecerme a Pablo Picasso, el gran pintor español, malagueño. Fue el que descubrió, implantó y propagó el cubismo, pero también pintó cosas muy realistas, tuvo etapas magníficas, también hizo escultura, alfarería, cerámica, todo lo hizo, fue magnífico, trabajó muchísimo e hizo lo que se le dio la gana.
→ ¿En eso se identifica con Picasso?
Sí. Fue un gran amante de la vida. Le gustaban las mujeres, la bebida, la comida. Tuvo mujeres muy bellas y no muchos hijos, afortunadamente porque los trataba muy mal.
→ ¿Usted qué ama de la vida?
La vida misma. Es bello vivir. Hay que procurar vivir lo mejor posible, pero la vida es bellísima por sí misma.
→ ¿Qué lugar ocupa la familia en su vida?
Un lugar importantísimo. Mi mujer, 50 años de vida con ella. Tres hijos. He vivido años grandísimos con mi familia. Ellos han recibido con mucho gusto la noticia de este premio. Aurelio Nuño me llamó por teléfono y le agradecí muchísimo. En la ceremonia estuve al lado del presidente y del secretario de Educación, de manera que era el mejor de toda la reunión. Del otro lado estaba Sebastian, un gran escultor; y todos los demás que son maravillosos: científicos, doctores, la artesana, gente muy importante. Fue un día inolvidable en mi vida por la gente que asistió. Es un premio que se le da a la gente que ha dado cosas muy valiosas al país.
→ ¿Intercambió palabras con el presidente?
Muy poco, pero le platiqué de mi edad. Me preguntó cuál era el secreto para vivir 91 años y le respondí que le iba a pasar unos tips para sobrevivir con salud y alegría, no le digo algunos porque son secretos, pero vivir ordenadamente es fundamental, en tu vida y en la vida social y política del país. El orden en ti y dentro de ti, es para una vida alegre, sana y disfrutable. En 70 años que se ha dado el premio, nunca lo había recibido un actor. Fue un honor ser el primer actor.
→ ¿Qué sugiere para que la actuación tenga, a partir de ahora, este reconocimiento?
El teatro, en sí mismo, no es arte, pero a veces se convierte en arte cuando un actor logra la comunicación ideal y esencial con el público, que es de corazón a corazón y de pensamiento a pensamiento, cuando esa comunicación es real y sincera, amorosa, entonces el trabajo del actor ya sea en cine o en televisión o en teatro, es un arte. Los actores que logran eso hacen arte. Lo importante de la interpretación es llegar al personaje lo más profundamente posible. El exterior es importante, pero no fundamental.
Amplia trayectoria
Entre los trabajos del histrión destacan:
⇒ Macario: Filme de 1960 dirigido por Roberto Gavaldón.
⇒ El hombre de papel: Película dirigida por Ismael Rodríguez en 1963.
⇒ Senda de gloria: Como el general Eduardo Álvarez, en la telenovela histórica de 1987.