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Quizá no lo piensa, pero sí jode a México

JESÚS CANTÚ

Más allá del juicio de la historia, la población mexicana recuerda a casi todos los presidentes mexicanos por alguna frase que pronunciaron durante su mandato y la consideran como representativa de lo que fue su gestión; en muchos casos las frases surgieron en entrevistas, en encuentros casuales con la misma población en las giras de trabajo o alguna otra situación en la que el mandatario en turno recurre al lenguaje coloquial; pero hay algunas que se pronunciaron incluso durante los informes o mensajes presidenciales.

Lamentablemente en el caso de los últimos presidentes todos son recordados por frases que reflejan claramente sus promesas incumplidas, sus grandes errores o los hechos históricos que los marcaron y jamás pudieron superar a lo largo de su gestión.

Sin pretender ser exhaustivo, pues sería imposible, entre las más célebres se encuentran las siguientes: "haiga sido como haiga sido", de Felipe Calderón al tratar de eludir los cuestionamientos sobre la legalidad de su triunfo electoral; "¿Y yo por qué?", de Vicente Fox, al ser interrogado sobre la pasividad gubernamental ante la ocupación ilegal de las instalaciones de Canal 40, en el Cerro del Chiquihuite, por parte de Televisión Azteca; "no traigo cash", de Ernesto Zedillo, al rechazar una artesanía que le ofrecía una mujer indígena; "ni los veo ni los oigo", de Carlos Salinas de Gortari, ante las protestas de los perredistas en su último informe presidencial; Miguel de la Madrid, "no dejaré que el país se me deshaga en las manos", ante las adversidades y crisis que enfrentaba el país; "defenderé el peso como un perro", de José López Portillo, al resistirse a devaluar el peso; "las relaciones con Estados Unidos ni nos perjudican ni nos benefician, sino todo lo contrario", de Luis Echeverría.

Este repertorio de frases retrata plásticamente la imagen que los mexicanos tenemos del sexenio de cada uno de ellos; detona el ingenio popular y permite, a través de la burla, ridiculizar su actuación y, de alguna forma cobrar venganza y hacerles pagar por sus errores, excesos, atropellos y saqueos.

Seguramente dentro de este repertorio tendrá un lugar destacado la frase que Enrique Peña Nieto pronunció en su intervención final en el foro "Impulsando a México: crecer en tiempos de desafío", organizado por el Grupo Financiero Interacciones: "…un Presidente no creo que se levante, ni creo que se haya levantado pensando, y perdón que lo diga, cómo joder a México…", al tratar de justificar que su único propósito como presidente "es que a México le vaya bien".

Por lo pronto, la misma ocupó un lugar destacado en los espacios de los medios de comunicación masiva; los "memes" al respecto colmaron las redes sociales; y los analistas políticos hemos dedicado un buen número de palabras a la misma.

La frase revela, para continuar citándolo, el "mal humor" del presidente frente a las críticas por su actuación y la mala situación nacional. Y entre las razones que explican este "mal humor" se encuentran el desconocimiento absoluto de la realidad que vive una muy buena parte de la población mexicana, la falta de conciencia de los malos resultados e impactos que sus políticas generan y la ausencia absoluta de autocrítica, en gran parte porque su equipo más cercano de colaboradores se dedica a justificarlo, alabarlo y festinarle todos y cada uno de sus actos. De acuerdo a ellos, los malos resultados e impactos son a pesar de su buen gobierno.

A pesar de que en el mismo discurso, en el foro organizado por Interacciones, señaló unos párrafos antes: "Soy el primero en reconocer fallas, errores, desaciertos…", hasta el día de hoy no existe un discurso, entrevista o documento de su gobierno en el que reconozca públicamente sus fallas, errores o desaciertos, además del tema relativo a la "Casa Blanca de las Lomas", en el que el único error que acepta y por el que pide perdón, fue generar una mala percepción, pues del mismo discurso puede inferirse que él está convencido que actuó "conforme a derecho y con total integridad.

Sus respuestas y sus discursos respecto al tema de la "Casa Blanca" (ícono de su mandato) muestran con meridiana claridad su idea de lo que ha sido su gobierno: él, su equipo y su familia han actuado bien y todo se reduce a un problema de percepción y "mal humor social".

Suponiendo sin conceder, como dicen los abogados, que no piense cómo joder a México, lo cierto es que ése es el resultado de su gobierno. La vida nacional en todos los ámbitos (político, económico y social) está peor que al inicio de su mandato y, también suponiendo sin conceder, que las instituciones que han creado y reformado finalmente produzcan resultados positivos, eso todavía no se refleja en la vida nacional, sino todo lo contrario.

Los aspectos más representativos del deterioro en cada uno de los ámbitos son: las incontrovertibles muestras del nivel de corrupción existente en las distintas instancias de gobierno (político); el crecimiento de la deuda como porcentaje del PIB (económico); y la grave crisis de derechos humanos que se vive el país y que evidencian las desapariciones forzadas y las ejecuciones extrajudiciales (social), por señalar únicamente las más claras y contundentes.

Y esto no es un problema de percepción, es una realidad documentable y demostrable; así aunque no lo piense, sí jode (y mucho) a México y los mexicanos.

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Escrito en: JESÚS CANTÚ

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