Consciencia. La ciudadanía debe colaborar con las autoridades y evitar dicha práctica. (ARCHIVO)
De las 25,038 llamadas recibidas en el C-4 de Gómez Palacio el pasado mes de marzo, sólo 1,110 -apenas poco más del cuatro por ciento- fueron de hechos reales en los que se requirió del auxilio policiaco en forma directa o indirecta, mientras que casi todas las demás fueron para bromear o pedir información.
De ese total, 20,454 se hicieron para bromear o informar sobre falsas alertas, mientras que otras 3,474 correspondieron a quienes pedían información sobre la ubicación de la presidencia municipal o alguna dependencia, cómo o dónde efectuar un trámite o hasta otros números telefónicos.
En el caso del C-4, ubicado en el municipio de Matamoros, Coahuila el comportamiento fue un poco distinto, pues de 37,531 llamadas, 16,118 se hicieron con la intención de vacilar.
En total, el 58.4 por ciento de todas las llamadas que se hicieron al servicio de emergencia 066 el pasado mes de marzo en la Zona Metropolitana de La Laguna fueron bromas, y sólo una tercera parte correspondió a hechos reales en los cuales se requirió del auxilio policiaco, en forma directa o indirecta.
"Esto nos debe preocupar y es fundamental que como sociedad tomemos consciencia de todo lo que implica", dijo el responsable del Mando Especial en La Laguna, general Juan Manuel Díaz Organitos, al destacar que es un aspecto fuera de todo alcance de la autoridad.
Según refirió, cada llamada de emergencia implica el uso de unidades, gasto de combustible y empleo del personal que, cuando se trata de bromas o falsas alertas, se convierte en un dispendio de todos estos recursos que debieran estar concentrados en preservar la seguridad ciudadana.
Se ha notado que en vacaciones escolares la práctica aumenta, pues con regularidad son niños quienes levantan la bocina, marcan y cuelgan. "En una visita a uno de los C-4 comprobé que en tan sólo un minuto entraron cuatro llamadas de ese tipo", señaló Díaz Organitos.